Para citar este artículo: Eduardo Tzili-Apango, “Bielorrusia: la otra puerta de la ‘ruta de la seda’”, Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 01 de marzo de 2023, https://euroasiaticos.blogspot.com/2023/02/bielorrusia-la-otra-puerta-de-la-ruta.html. 

 

El pasado 28 de febrero de 2023 el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, inició una visita de Estado a la República Popular China en el marco del primer aniversario de la guerra en Ucrania y como parte de los esfuerzos bilaterales de sustanciar el nuevo estatus adquirido entre China y Bielorrusia a partir de septiembre de 2022, el de “Asociación estratégica integral para todo entorno”.[i] De acuerdo con el embajador bielorruso en China, Yuri Senko, la visita de Lukashenko tiene el objetivo de ahondar la cooperación bilateral, particularmente en lo que a comercio se refiere; en esa línea, Senko ha advertido que muchas empresas bielorrusas ya han preferido usar el yuan chino para el intercambio comercial, y que junto con Lukashenko viajarán delegaciones gubernamentales para dar seguimiento a los acuerdos.[ii]

 

Lukashenko y Xi en Samarcanda, 2022[iii]

La visita oficial parece reflejar las geopolíticas de contención que se han ido formando en el mundo, proceso que se ha agudizado a raíz del conflicto en Ucrania. Justamente hace casi un año escribí que “Beijing apoya la decisión de Moscú en delinear su zona de influencia para contener la presencia de la OTAN en Europa oriental, pues eso le sirve al país asiático en contener la presencia estadounidense en el extremo izquierdo de la Iniciativa de la Franja y la Ruta”.[iv] Así, junto con Ucrania, Bielorrusia es la otra puerta de entrada de la Franja Económica Ruta de la Seda –la parte terrestre de la Iniciativa de la Franja y la Ruta– hacia Europa, además de ser uno de los “países-puente” que conecta al proyecto chino con la Unión Económica Euroasiática impulsada desde Moscú.[v] El conflicto en Ucrania ha incrementado la importancia geoestratégica de Bielorrusia para China.

 

Mapa del paso de la parte terrestre de la Iniciativa de la Franja y la Ruta[vi]

El estatus geoestratégico para China se deriva de la condición de Bielorrusia de país sin litoral, rodeado de países bálticos, Rusia y Polonia, lo que ha permitido fungir como un corredor para importantes vías de comunicación comerciales, como los Corredores Pan-europeos Berlín-Moscú y Helsinki-Grecia, además de ser punto de control para fletes comerciales entre la Comunidad de Estados Independientes y la Unión Europea.[vii] A esto se suma que Bielorrusia se ha convertido en uno de los principales socios comerciales de China en Europa y el mundo, saltando de la posición 136 al exportador número 38 en los últimos años, y registrando un incremento del 13% en términos de intercambio comercial en 2022 con respecto al año anterior –sumando 5.79 mil millones de dólares.[viii]

Uno de los proyectos insignia de la relación sino-bielorrusa es el Parque industrial China-Bielorrusia “Great Stone”, cuya construcción inició en 2011 con los acuerdos y decretos legales necesarios para la creación de una zona económica especial y de creación de alta tecnología industrial.[ix] Se supone que este parque industrial sea uno de los puntos nodales de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, particularmente en lo referente al aprovechamiento de mercados y ensamblaje de productos tecnológicos.

Por el apoyo logístico y simbólico hacia los esfuerzos bélicos de Moscú, Minsk también ha recibido importantes sanciones comerciales, y a partir de la tendencia mundial a la segregación geopolítica que suponen los esfuerzos discursivos y materiales del denominado “occidente colectivo”,[x] Bielorrusia se ve forzada a incrementar sus lazos con países como China. Como ya se dijo, para Pekín, la posición de Bielorrusia es de alta prioridad para consolidar al proyecto chino, además de otras iniciativas recién lanzadas por China, como la Iniciativa de Desarrollo Global.

Así, Bielorrusia es la otra puerta de la mal llamada “ruta de la seda”. Las geopolíticas de contención que parten de la “mentalidad de Guerra fría” –aquella tendencia de dividir al mundo entre “buenos” y “malos” con base en la ideología– obligan a países a elegir bandos, elección que probablemente no se desee hacer dada las preferencias en la toma de decisiones, como la diversificación comercial o la legitimación política (recuérdese que la Unión Europea aún no ha reconocido la elección de 2020 que dio la victoria electoral a Lukashenko). Sea como fuere, la visita de Lukashenko a China también refleja un paso más hacia la consolidación de un hipotético bloque euroasiático que se podría enfrentar a los bloques euroatlántico e indo-pacífico de darse un conflicto de mucho mayor envergadura.

 

* Profesor-investigador de tiempo completo en el Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco, integrante del Grupo de Estudios Sobre Eurasia (GESE) y estudioso de las relaciones internacionales de China.

 

Referencias

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