Por: Eduardo Tzili-Apango*

Para citar este artículo: “Sentido geopolítico: visita de Blinken a China”, Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 21 de junio de 2023, https://euroasiaticos.blogspot.com/2023/06/sentido-geopolitico-visita-de-blinken.html. 

Dada la situación actual entre China y Estados Unidos, caracterizada por la tensión resultado de la mala gestión de la “competencia estratégica” bilateral,[i] la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, a la República Popular China, durante los días 18 y 19 de junio de 2023, representó el último esfuerzo para reducir las antipatías y retomar la gestión de la competencia mencionada.

          Durante su visita, Blinken se reunió con el ministro de relaciones exteriores de China, Qin Gang, con el director de la Comisión Central de Asuntos Exteriores del Partido Comunista Chino, Wang Yi, y con el presidente de China, Xi Jinping. En palabras del secretario, la visita tuvo el objetivo de fortalecer la comunicación de alto nivel para enfrentar retos, esclarecer posiciones en acuerdo y desacuerdo para evitar malos entendidos, y explorar áreas en las que se pueda trabajar de forma conjunta.[ii]

 

Anthony Blinken y Qing Gang en Pekín, 2023[iii]

Desde el punto de vista de la estructura político-internacional, la visita se da en el contexto de un reconocimiento de cambios en las dinámicas de poder mundial, en el que académicos –como Yan Xuetong o Cliff Kupchan–[iv] ya han reconocido al sistema internacional contemporáneo como “bipolar”, alejándose de los esquemas y expectativas que apostaban por la construcción de un mundo multipolar. Esto probablemente suponga la concientización sobre mantener la estabilidad estratégica entre China y Estados Unidos.

Desde el enfoque de la estructura económico-internacional, la visita se contextualiza en el marco del reimpulso de China al capitalismo contemporáneo, pues el anuncio de la visita de Blinken a China se ha dado en un contexto de visitas de varios e importantes empresarios al país asiático –como los CEOs de Apple, JPMorgan, Microsoft, Tesla, por mencionar algunos–, con lo cual se busca continuar la reactivación de la economía china, golpeada por la pandemia, por las sanciones comerciales derivadas de la guerra comercial sino-estadounidense, y por los reacomodos económicos mundiales a raíz de la guerra en Ucrania.

Cabe recordar que, según el National Bureau of Statistics de China,[v] la economía del país asiático creció 4.5% durante el primer trimestre de 2023 con respecto al año anterior, y 2.2% con respecto al trimestre anterior, batiendo los pronósticos economistas que auguraban un crecimiento de solo 4%. Las visitas de los CEOs ya mencionadas reflejan que las élites económicas estadounidenses están listas para reactivar los lazos con China, por lo que la visita de Blinken probablemente implicó la decisión de no quedarse atrás en este proceso.

Desde el enfoque de la estructura social-internacional, la visita se da en un contexto de pugna de modelos de liderazgo mundial, en el que Estados Unidos se apoya en la narrativa de la protección a la libertad y a la democracia en el mundo, mientras que desde China surge una poderosa narrativa que apuesta por la armonía y el destino común en el que incurran todos los pueblos del mundo.

Por parte de Washington, el discurso sobre el “modelo democrático” integra demandas de protección de derechos humanos en Hong Kong, Tíbet, Xinjiang, además de la petición de resolver los casos de estadounidenses detenidos en China, lo cual se reveló en el discurso de Blinken en el “Beijing American Center” durante su visita.[vi]

Por parte de Pekín, el discurso sobre un hipotético “modelo armonioso” integra demandas de detener la “actitud de acoso hegemónico” que Estados Unidos ha emprendido en contra de China, y que ha dañado las relaciones comerciales, como las presiones hacia la industria de semiconductores –como la japonesa o la neerlandesa–[vii] de no mantener relaciones con el país asiático.

Cabe recordar que, previo a la visita, se dio una llamada telefónica entre Qin Gang y Blinken, en el que el primero realizó la ya clásica demanda para que Washington no interfiriera en asuntos internos de China, y que fue reconocido por Blinken al afirmar que Estados Unidos “no apoya a la independencia taiwanesa”. [viii]

Desde el punto de vista de los agentes internacionales –China y Estados Unidos–, la visita parece haber cumplido el objetivo de restablecer la comunicación estratégica, y no tanto de alcanzar nuevos acuerdos, sobre todo porque el alejamiento ha supuesto el aumento de un escenario en el que se puedan dar “malos entendidos estratégicos” y así reducir el riesgo de un choque militar, como se vio en los peligrosos acercamientos entre embarcaciones militares y aviones militares chinos y estadounidenses en pasados días de mayo y junio de 2023.

Para Estados Unidos, es probable que la visita sea una reacción las visitas de varios líderes europeos a China a inicios de 2023, aunado al empantanamiento en la guerra Ucrania-Rusia. Es importante señalar que China ha llamado al fortalecimiento de la “autonomía estratégica” de la Unión Europea, sobre todo para reducir la dependencia de Estados Unidos en términos de seguridad regional.[ix]

En este sentido, la visita de Blinken probablemente busque retomar el liderazgo de un proceso, ya iniciado por los europeos, de integrar a China de forma más amplia en la resolución de la guerra en Ucrania.[x] Aunque, cabe subrayar, China parece todavía desconfiar de Estados Unidos por los anuncios de ampliar las sedes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a Asia.[xi]

La visita adquiere un significado particular en el contexto del inicio del proceso electoral para la presidencia de Estados Unidos en 2024. Si se toma en cuenta que el “factor China” se ha convertido en asunto de política bipartisana, o de preocupación de Estado, la visita puede tener el objetivo de demostrar que los demócratas saben gestionar la crítica situación con China, aunque también cabe considerar el riesgo que supone el “vaivén electoral”, entiéndase el apoyarse del “factor China” como herramienta para fines electorales, los cuales irán cambiando como se desenvuelva la contienda electoral.

Por último, la visita parece ser el inicio de una nueva estrategia estadounidense hacia China, esto como respuesta del fracaso de la estrategia de “desacople” y contención geopolítica hacia el país asiático, lo cual se refleja en la proyección diplomática que China ha tenido en los últimos meses, aunado a las visitas de perfiles de alto nivel a Pekín y a las dinámicas multilaterales que China ha impulsado sin mayores afectaciones, como la cumbre China-Asia central en mayo de 2023.

Así, el sentido geopolítico de la visita de Blinken a China es el de resolución de los costos que ha supuesto, hasta el momento, el statu quo de los vínculos bilaterales. Estados Unidos ha perdido más –influencia mundial, comercio, prestigio, etc.– por el estado de la relación con el país asiático, que la misma China. Los costos para Estados Unidos han sido: 1) la pérdida de una posición geoestructural de poder absoluto debido al fortalecimiento de China, 2) la pérdida de la capacidad absoluta para gestionar la relación con China, pues las élites económicas estadounidenses ya han actuado para reactivar los negocios con el país asiático, 3) la pérdida del liderazgo absoluto en el mundo particularmente occidental a raíz del acercamiento de varios países europeos a China, 4) la pérdida de la política estadounidense de definir su agenda internacional, pues esta se concentra cada vez más en China, y 5) el fracaso relativo de la estrategia de desacople y contención geopolítica a China. En claro contraste, los costos para China han sido: 1) la pérdida relativa de acceso a mercados –principalmente al estadounidense, 2) la reducción de inversiones en tecnología, tendencia que se revierte poco a poco, y 3) la presión sobre su interés en Taiwán, el cual ya fue relativamente diluido con la visita. La visita de Blinken es la reacción a la pérdida de la supremacía político-mundial de Estados Unidos frente a China.

 

* Profesor-investigador de tiempo completo en el Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco, integrante del Grupo de Estudios Sobre Eurasia (GESE) y estudioso de las relaciones internacionales de China.

 

Referencias