Por: Edith Yazmin Montes Incin* e Ivonne Bravo García**
Para
citar este artículo: Montes
Incin, Edith Yazmin y Bravo García, Ivonne, “Corea del Norte: Ascenso de una potencia del fútbol
femenino juvenil”, Blog del Grupo de
Estudios Sobre Eurasia, 26 de noviembre de 2025. [https://euroasiaticos.blogspot.com/2025/11/corea-del-norte-ascenso-de-una-potencia.html]
Fuente:
RTVE
El
8 de noviembre, Corea del Norte se consagró campeona de la Copa Mundial
Femenina Sub-17 de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA)
Marruecos 2025, tras imponerse 3-0 a Países Bajos en una final que dominó desde
el primer minuto. Con este triunfo, la selección asiática alcanzó su cuarto
título mundial en la categoría y su segundo título consecutivo, consolidándose
como una de las principales potencias del fútbol femenino juvenil a nivel
global. Este logro no es un hecho aislado, sino el resultado de una estrategia deportiva meticulosa, la formación
sistemática de talento y una estructura deportiva fuertemente centralizada. El
presente texto tiene como objetivo analizar la estrategia deportiva de Corea
del Norte, con énfasis en el fútbol femenino, su posición en el ranking mundial
de la FIFA y su desempeño en distintas ediciones de la Copa Mundial Femenina.
De
la educación física a la soberanía nacional: El rol del deporte en Corea del
Norte
De
acuerdo con Jung
Woo Lee y Alan Bairner, el deporte en la República Popular Democrática de
Corea (RPDC, mejor conocida como Corea del Norte) ha estado vinculado a la
política, la ideología y la defensa nacional. Desde 1946, Kim Il-sung promovió
la educación física como un medio para formar individuos comunistas sanos y
fuertes, capaces de contribuir al trabajo y a la defensa del país. En 1948 se
implementó la prueba anual de fuerza física del pueblo, inspirada en el
programa soviético GTO (“Listo para el trabajo y la defensa”), para mejorar la
capacidad física y militar de la población. Asimismo, se estableció el segundo
domingo de octubre como Día de la Educación Física y el Deporte, para fomentar
la práctica deportiva a nivel nacional. Tras la Guerra de Corea (1950-1953), el
deporte se convirtió en un instrumento para la recuperación económica. En el
primer plan quinquenal (1956-1961) se crearon círculos deportivos en todos los
sectores industriales y se especificaron horas y niveles de práctica
obligatoria, dado que la fuerza física era considerada esencial para el proceso
de industrialización.
A
finales de los sesenta, con la consolidación de la ideología Juche, el
deporte asumió un papel propagandístico y nacionalista. Se implementaron
programas masivos de gimnasia y atletismo que subordinaban la libertad
individual al rendimiento colectivo, junto con actividades al aire libre
destinadas a los jóvenes, las cuales buscaban reforzar la memoria histórica
revolucionaria y moldear la identidad política de las nuevas generaciones. En
paralelo, Corea del Norte perseguía el reconocimiento internacional; en 1962 se
integró al Comité Olímpico Internacional (COI) y, dos años después, participó
oficialmente en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. A partir de los ochenta, el
deporte asumió un papel cada vez más marcado por la ideología nacionalista: el
fútbol, el taekwondo y los juegos gimnásticos masivos se emplearon para
consolidar el lema 조선민족제일주의 (Joseon Minjok Jeiljuui,
“Primero la nación coreana”), exaltando la identidad cultural y política del
país.
Evolución
del fútbol femenino norcoreano: Del desdén social al liderazgo internacional
Eunah
Hong señala que el fútbol femenino en Corea del Norte tiene sus inicios en
los ochenta, cuando se formó la primera selección nacional femenina. Sin
embargo, la sociedad norcoreana de la época mostraba reticencia hacia este
deporte, considerándolo una actividad "degradante" para las mujeres y
asociada a costumbres capitalistas. No obstante, el gobierno pronto se dio
cuenta del potencial del fútbol como instrumento para proyectar la imagen y los
ideales del Estado. En 1989, Kim Jong-il declaró que el fútbol debía
desarrollarse para demostrar la fuerza de la nación, y ordenó que las jugadoras
participaran en competencias internacionales para mejorar sus habilidades.
La
selección femenina debutó internacionalmente en el Campeonato Asiático de
Mujeres en 1989, donde logró el tercer lugar. Posteriormente, el equipo se
consolidó como una de las potencias futbolísticas del continente, al obtener el
tercer puesto en los Juegos Asiáticos de 1990, el segundo lugar en el
Campeonato Asiático de 1993 y 1997, así como en los Juegos Asiáticos de 1998.
Su primer título continental llegó en 2001, con la victoria en el Asian Women’s
Championship, seguida por el triunfo en los Juegos Asiáticos de 2002.
A
nivel mundial, la selección norcoreana sorprendió al ganar el Campeonato
Mundial Sub-20 de la FIFA en Rusia 2006, en su primera participación en este
torneo. Durante el certamen, anotó 18 goles y recibió únicamente uno en seis
partidos, lo que consolidó su imagen como potencia emergente del fútbol
femenino internacional. Ese mismo año, el equipo se adjudicó el primer lugar en
los Juegos Asiáticos de Qatar y el tercer puesto en el Campeonato Asiático de
Mujeres en Australia. En 2007 alcanzaron los cuartos de final de la Copa
Mundial Femenina de la FIFA en China; en 2008 ganaron el Campeonato Sub-17 en
Nueva Zelanda y el Campeonato Asiático en Vietnam, además de obtener el segundo
lugar en el Campeonato Sub-20 de Chile. Posteriormente, en 2010, lograron el
primer puesto en el Sub-17 en Trinidad y Tobago, el tercer puesto en el Sub-20
de Alemania y se coronaron subcampeonas en los Juegos Asiáticos en China.
Fútbol
femenino juvenil como prioridad nacional
El
dominio
de Corea del Norte en el fútbol femenino juvenil, especialmente en la Copa
Mundial Sub-17 y Sub-20, se sustenta en un enfoque estratégico y disciplinado
en la formación de jugadoras, estrechamente vinculado a los objetivos políticos
del país. Corea del Norte ha priorizado el fútbol juvenil, reconociendo que la
brecha en el nivel senior es más difícil de superar que en las categorías
inferiores. El país concentra recursos y esfuerzos en ganar en estas
categorías, más que en desarrollar un fútbol profesional sostenible a largo
plazo.
Desde
temprana edad, las jugadoras siguen un régimen de entrenamiento extremadamente
disciplinado. En la Escuela Internacional de Fútbol de Pyongyang, las jóvenes
son seleccionadas, formadas y educadas bajo un enfoque riguroso, científico y
profesional. Su desempeño también se ve reforzado por un fuerte sentido de
patriotismo y lealtad al régimen. Bajo el liderazgo de Kim Jong Un, el sistema
político enfatiza la superioridad del socialismo frente al capitalismo. La
resistencia mental y la disposición de los atletas norcoreanos para superar la
fatiga se presentan como una ventaja frente a deportistas de países
capitalistas, donde el rendimiento a menudo se prioriza por encima de la
resiliencia.
Las
jugadoras que logran destacar reciben recompensas que mejoran su calidad de
vida, especialmente aquellas provenientes de zonas rurales. Esto puede incluir
certificados de residencia en Pyongyang, acceso a mejores condiciones de vida e
incluso apartamentos. Para muchas de ellas, representa una oportunidad para
superar las dificultades de las zonas rurales de Corea del Norte y acceder a
una vida más cómoda en la capital, lo que convierte al fútbol en una meta y una
recompensa tangible.
Además,
el régimen utiliza el deporte como herramienta de propaganda política. El éxito
en competiciones internacionales, especialmente en el fútbol juvenil, permite a
Corea del Norte exhibir su fortaleza, resistencia y la superioridad de su
sistema socialista ante el mundo. Al destacar en estos torneos, el país
refuerza su soberanía y proyecta su identidad política en el escenario global.
Corea
del Norte: Dominio y consistencia en el fútbol femenino internacional
Corea
del Norte ocupa la décima posición en el FIFA Women’s
World Ranking (actualizado en agosto de 2025), una posición que refleja la
constancia y competitividad de su selección en el fútbol femenino
internacional. A lo largo de los años, ha mantenido un rendimiento constante en
el ranking, siendo su mejor puesto el quinto lugar en 2006, 2008 y 2009. Su
historial en Copas Mundiales
Femeninas de la FIFA incluye cuatro participaciones, siendo su mejor
resultado en 2007 cuando alcanzaron los cuartos de final. Aunque en la edición
de 2011 no lograron superar la fase de grupos, su consistencia en las
competiciones internacionales es destacable. Además, Corea del Norte ha sido un
rival formidable en los torneos juveniles, con varias victorias en la Copa
Mundial Femenina sub-20 (2006, 2016, 2024) y en la Copa Mundial Femenina sub-17
(2008, 2016, 2024), lo que refleja la fortaleza de su fútbol femenino en categorías
inferiores. A pesar de su éxito en el ámbito juvenil, su desempeño en los
Juegos Olímpicos ha sido limitado, con eliminaciones en la fase de grupos en
2008 y 2012.
El
fútbol femenino de Corea del Norte vivió un periodo dorado entre 2024 y 2025.
En 2024, el equipo norcoreano se coronó campeón mundial en dos ocasiones. En
septiembre, en Colombia, lograron el título del Mundial
Sub-20 al vencer 1-0 a Japón, alcanzando su tricampeonato en esta
categoría. En noviembre, en República Dominicana, las norcoreanas ganaron el Mundial
Sub-17 tras superar a España en una tanda de penales, luego de empatar 1-1
en el tiempo reglamentario.
La
Copa Mundial Femenina de Fútbol Sub-17 es un torneo que se celebra cada dos
años desde 2008, con la primera edición disputada en Nueva Zelanda. A lo largo
de su historia, la competencia ha estado dominada principalmente por
selecciones de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC), que ha obtenido un
total de seis títulos, seguida por Europa (UEFA), con tres campeonatos. En la
edición más reciente, celebrada
en 2025 en Marruecos, Corea del Norte reafirmó su supremacía en la
categoría al defender con éxito su título, al derrotar 3-0 a los Países Bajos
en la final. Este triunfo significó el cuarto campeonato de Corea del Norte en
la Copa Mundial Femenina Sub-17, lo que consolidó al país como el más exitoso
en la historia del torneo. Con un notable 80% de victorias en las finales
disputadas, Corea del Norte ha demostrado una constancia y dominio
excepcionales, posicionándose como un referente indiscutido de la competencia.
Consideraciones
finales
Corea
del Norte se ha consolidado como una potencia mundial en el fútbol femenino
juvenil, destacando en las Copas Mundiales Sub-17 y Sub-20 gracias a una
fórmula que combina una rigurosa formación deportiva, una fuerte ideología
política y una clara estrategia de proyección internacional. Aunque los éxitos
del país en estas categorías reflejan un gran talento, estos logros también
forman parte de una estrategia política que utiliza el fútbol como herramienta
de influencia y proyección. Sin embargo, persiste la incertidumbre sobre si ese
talento juvenil podrá traducirse en un equipo competitivo en categorías senior,
especialmente debido al aislamiento prolongado y las sanciones internacionales
que enfrenta el régimen, las cuales dificultan la integración de sus jugadoras
en ligas de Europa o Estados Unidos. A pesar de estos obstáculos, el equipo
norcoreano se presenta como un ejemplo de cómo el deporte puede desafiar
expectativas y romper barreras, con la esperanza de que su "generación
dorada" tenga la oportunidad de brillar en la Copa Mundial Femenina de
Fútbol Brasil 2027.
*Edith Yazmin Montes Incin es estudiante
de la Maestría en Estudios Coreanos en la Universidad del Salvador (Argentina).
Es Maestra en Administración Pública, Licenciada en Relaciones Internacionales
y miembro del Círculo Mexicano de Estudios Coreanos (CMEC) y del Grupo de
Estudios sobre Eurasia, X: @judifloriane
**Ivonne Bravo García es licenciada en
Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM) y actualmente se encuentra desarrollando su tesis sobre diplomacia
deportiva intercoreana, enfocándose en la cooperación entre las dos Coreas en
el marco de los Juegos Olímpicos celebrados entre 2000 y 2018.
