La navidad en Rusia

diciembre 24, 2020

 Por: Eduardo Palacios Cabrera*

Para citar este artículo: Eduardo Palacios Cabrera, "La navidad en Rusia", Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 24 de febrero de 2020, https://euroasiaticos.blogspot.com/2020/12/la-navidad-en-rusia.html.

 

Jamás imaginé que cuando tuviera la oportunidad de pasar una Navidad en un país boreal, con paisajes nevados, justo como en los cuentos de mi infancia –o como se supone que debe ser una “típica navidad” fuera del trópico- me encontraría en un país como Rusia, donde el 25 de diciembre es una fecha más, tanto para los que trabajan como para los que estudian, sin ningún significado especial. Pero, ¿cómo es posible que en Rusia no celebren la Navidad? Pues esto no es del todo cierto.

            Corría el mes de diciembre de 2013, durante mi primer año estudiando la maestría en Moscú, cuando me enteré que en Rusia no se celebran Nochebuena el 24 ni Navidad el 25 de diciembre, y que las clases y las labores continúan hasta el mismo 31 de dicho mes. Y sí, en Rusia las vacaciones de invierno corren a partir del 1 hasta el 10 de enero –para algunos un par de días antes y/o un par de días después-. Y sí, en Rusia sí celebran la Navidad, aunque en una fecha distinta y de una forma muy peculiar, y de esto hablaremos en los párrafos siguientes.

            Las fiestas de fin de año o fiestas invernales rusas son bastante distintas a las de otros países occidentales e incluso países cristiano-católicos. Para empezar, la fecha más importante en Rusia después del 9 de mayo – Día de la Victoria, la conmemoración de la derrota de la Alemania nazi y la victoria soviética en la Gran Guerra Patria (o Segunda Guerra Mundial para el resto del mundo)- es el 31 de diciembre, fecha en que se celebra, como en el resto del mundo occidental, el Año Nuevo. La Navidad rusa se celebra siete días después, el 7 de enero, y aunque también se acostumbra reunirse en familia para sentarse a la mesa y convivir mientras se toman los alimentos, es una festividad más religiosa que social. Todo lo anterior tiene sus razones, las cuales explicaré a continuación.

 

            Rusia es un país católico ortodoxo. El Patriarcado de Moscú –representante de la Iglesia Ortodoxa en Rusia- se rige, para sus actividades religiosas, por el calendario juliano, el cual tiene un desfase de 13 días con el calendario gregoriano: “Tras la Revolución de Octubre (1917) Rusia adoptó el calendario gregoriano extendido en Europa desde el siglo XVI. La Iglesia ortodoxa rusa se negó a abandonar el hasta entonces utilizado calendario juliano, retrasado 13 días respecto al gregoriano y, en consecuencia, las festividades religiosas se desplazaron esos 13 días respecto al calendario seglar. Así, la Navidad quedó ubicada el siete de enero. Junto a las Iglesias ortodoxas de Rusia, Jerusalén, Georgia y Serbia, los católicos del rito oriental celebran su fiesta el 7 de enero, ya que también siguen el calendario juliano, mientras que 11 de las 15 Iglesias ortodoxas del mundo lo festejan el 25 de diciembre” 

            Con la llegada de los comunistas al poder político en Rusia tras la derrota del imperio con la Revolución de 1917, se instauró por ley un ateísmo secular para la vida pública. Por ello, desde el gobierno se impulsó la celebración del año nuevo a manera de “festividad principal” decembrina, ya que se trata de una actividad totalmente secular, sin mayor significado religioso. 

            A este día se le denomina Novi God, o “Año Nuevo” en ruso, y se celebra con una reunión familiar en toda regla: mesas que desbordan platillos típicos, entre los que se encuentran la famosa sopa de coles y remolacha Borsch, carnes asadas a la parrilla o Shashlik de res, puerco o pollo, las conocidas en México como “ensaladas rusas” -las cuales en realidad son distintas recetas con nombres propios que comparten la característica de prepararse con mayonesa y otros aderezos aunque contengan distintos ingredientes como papas, zanahorias, calabaza, chícharos y carnes como pollo, pescados y mariscos; también no pueden faltar fuentes de ensaladas con verduras y hortalizas frescas, así como frutas dulces como manzanas, uvas y mandarinas. En cuanto a bebidas no pueden faltar las Riumki – que son pequeños vasos como nuestros “caballitos” tequileros- con vodka de primera calidad, o el menos conocido Samagón de fabricación casera, y también cerveza, coñac, whisky y champaña para los brindis y los buenos deseos de media noche. En muchos hogares es tradición observar el mensaje del Presidente ruso al pueblo justo antes de la cuenta regresiva para recibir al Año Nuevo. Las calles de Moscú se llenan de luces y mucha gente acude a la Plaza Roja y otros puntos de la ciudad en donde se hacen espectáculos de fuegos artificiales y demás pirotecnia. El ambiente festivo se puede ver en las calles y en los hogares a lo largo del territorio nacional.

 

            Por otro lado, la Navidad o Rozhdestvó (“nacimiento” en ruso), como ya lo mencionamos, tiene un carácter más religioso y se conmemora de manera discreta en familia, con una comida menos ostentosa y menos bebida y festejos en general. Los rusos más devotos realizan un ayuno conocido como Adviento, “que se realiza durante 40 días antes de las fiestas, entre el 28 de noviembre y el 6 de enero. Durante estos 40 días los rusos no deben comer carne (Cultura Asiática, 2019), y además los rusos Los ortodoxos deben rezar, confesarse, abstenerse de pasiones y vicios y no participar en ningún tipo de diversión. El seis de enero los creyentes hacen ayuno durante todo el día y a las diez de la noche acuden a la iglesia para celebrar la Nochebuena. Solamente después de que aparezca la primera estrella, como símbolo de la estrella de Belén, se puede comer sochivo, un plato especial del que proviene el mismo nombre ruso de la Nochebuena: “Sochelnik”.  El 6 de enero, en Nochebuena “por la noche, a las diez de Moscú, el Patriarca de Moscú y Todas las Rusias (actualmente, Cirilo) dirige la ceremonia navideña tradicional en la catedral de Cristo Salvador, ubicada en el centro de la capital rusa. El servicio religioso festivo consta de la Vigilia de Toda la Noche y la liturgia, y normalmente dura unas cinco horas”  

 

            En Rusia, al igual que en el resto del hemisferio occidental, los hogares se decoran con su árbol navideño, que en este caso es un abeto y se denomina “Yolka”, el cual es adornado con luces y esferas a la usanza nuestra. En Rusia, quien trae los regalos no es Santa Claus, Papá Noel ni San Nicolás, sino Ded Moroz (o “abuelo frío” en ruso) acompañado de su nieta Snegurochka: “Ded Moroz llama a la puerta, no entra por la chimenea ni por la ventana como pasa en otros lugares, y entra con un saco gigante de regalos. Este personaje tan singular lleva siempre una muy larga barba blanca, un abrigo rojo de piel con ribetes y un gorro igualmente rojo. Para rematarlo, siempre calza unas botas de fieltro negro. Para coronar el vestuario, Ded Moroz siempre porta un bastón, con el que “puede congelar” a aquellos que intenten arruinar las fiestas. Además, en comparación al Papá Noel que ya conocemos, Ded Moroz es un hombre delgado pero fuerte, muy alto y que incluso algunos niños temen”. Como dato curioso, la “residencia oficial” del Ded Moroz ruso es Veliki Ustiug, un pueblo a unos 950 kilómetros al norte de Moscú, y no el Polo Norte. 

 

            Finalmente, me resta decir que, aunque extraordinario por su particularidad y por el hecho de celebrarse en fechas distintas a las que estoy acostumbrado, celebrar tanto el Año Nuevo Ruso como la Navidad Rusa durante tres años resultó una experiencia increíble que sin duda me gustaría volver a repetir. Y sí, finalmente pude celebrar “a la rusa” mi Navidad con paisajes nevados como en los cuentos de mi infancia.

 

Feliz Novi God…y Feliz Rozhdestvó!

 

*Internacionalista, rusoparlante e investigador especialista en temas de Rusia y la Ex Unión Soviética.

           

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