La navidad en Japón
diciembre 23, 2020Para citar este artículo: Abdiel Sánchez, "La navidad en Japón", Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 23 de diciembre de 2020, https://euroasiaticos.blogspot.com/2020/12/la-navidad-en-japon.html.
La navidad en el territorio que actualmente se denomina Japón se celebró por primera vez en el siglo XVI cuando el beato Felipe de Jesús llego a esas tierras, procedente de la Nueva España. Al no tratarse de un país cristiano, la tradición navideña no se extendió y fue literalmente extirpada una vez que Toyotomi Hideyoshi mandó crucificar a los convertidos al cristianismo, relegándolos a convertirse en un grupo social aislado conocido como kakushi kirishitan 隠しキリシタンo cristianos escondidos.
Durante los más de doscientos años que duró la era Edo (1603-1868) los cristianos celebraron esta festividad a escondidas dejando como evidencia un puñado de canciones conocidas como orasho オラショu oraciones que corresponden a los primeros intentos de sincretismo musical entre las canciones occidentales y las autóctonas. Una vez que la época Tokugawa culminó y comenzó la era Meiji (1868-1912), existió un ambiente de relativa libertad de culto que permitió que la navidad fuera celebrada en las embajadas de los países con los que Japón tuvo lazos diplomáticos. Sin embargo, no fue sino hasta la década de 1920, durante la época Taishō (1912-1926) que la navidad fue vista por los grandes conglomerados comerciales zaibatsu como una importante ocasión para incentivar el consumo. Sobre todo, después de 1918, cuando la industria pesada se implanta como el principal sistema de producción en aquel país es cuando se pueden observar grandes cambios en el ámbito de la vida cotidiana y en las costumbres.
Las películas extranjeras, el desarrollo de una gama de tradiciones y costumbres modernas hicieron que los mobo y las moga (los chicos modernos y las chicas modernas) de las grandes ciudades japonesas celebraran navidad y lo convirtieran en una especie de segundo día de San Valentín a pesar de que la tasa de conversión al cristianismo siguió siendo relativamente baja. En la actualidad la navidad no ha perdido sus características mercantiles y es celebrada cada vez de manera más extendida por las parejas, pero también se ha convertido en una ocasión importante para algunas familias japonesas que se juntan para comer el tradicional pollo frito de KFC navideño y la utilizan como una ocasión para crear lazos con algunos visitantes extranjeros.
¿Cómo ha sido el proceso de adaptación de esta festividad en Japón? Se tiene que recordar que Japón es un país con una tradición religiosa basada en formas simbióticas que hunden sus orígenes en tradiciones animistas del Pacífico asiático y en las doctrinas iniciáticas del Sur de Asia. El shintō, la religión autóctona japonesa, es una ideología que incorporó a lo largo de su historia varios elementos animistas del exterior y los fue japonizando antes de tomar su forma actual como religión de Estado durante la era Meiji. La otra gran doctrina arraigada en Japón, el budismo, comenzó a ser introducida durante el siglo VI procedente de Corea y China. Ambas tradiciones en lugar de rivalizar fueron utilizadas de manera unificada por el naciente Estado japonés y ello permitió que muchos símbolos fueran compartidos por ambas religiones.
El cristianismo no pudo ser incorporado de la misma manera y el número de creyentes en Japón sigue siendo relativamente bajo en comparación con otros países como Corea. Aun así, esta festividad ha sido adoptada como una festividad laica que ha sido utilizada por las parejas japonesas como un pretexto perfecto para salir a cenar. El día no está marcado en el calendario oficial japonés y regularmente es una fecha de trabajo habitual, pues el descanso de la fiesta de año nuevo comienza el 30 de diciembre y termina el 3 de enero.
Hace algunos años tuve una experiencia muy memorable durante esa época en Japón. En esa ocasión, por algunas circunstancias me encontraba solo, realizando una estancia de investigación en aquel país. Mis compañeros japoneses tenían planes con sus parejas y yo me había resignado ya a pasar esa fecha aislado comiendo alguna pequeñez en el cuarto donde me hospedaba. Sin embargo, de repente recibí una calurosa llamada de una amiga que deseaba hacer una fiesta de “navidad” para que no me sintiera tan lejos de mi país. Al llegar a la estación en Yokohama, las tiendas se vestían de colores de motivos navideños y las calles resplandecían llenas de luces. Sin embargo, al salir del cuadro comercial de la ciudad no había luces en las calles y ninguna casa tenía motivos navideños. Al llegar a la casa de mi amiga, la familia había dispuesto una mesa navideña llena de comida y bebidas.
La fiesta navideña se extendió entre las amistades que llegaron y comenzó a tomar vida una natividad a la japonesa. Por supuesto, no podía faltar el tradicional pollo frito de KFC, aunque también hubo otros manjares como el pan de curry o algunas charolas de sushi. Las bebidas tampoco faltaron y todos me hacían preguntas sobre esta fiesta y las diferentes formas de celebrarse en mi país. Esa navidad fue muy diferente, pero me siento muy afortunado de haberla vivido en Japón al lado de una familia tan cariñosa y amigable.
¡Felices fiestas!
* Universidad Autónoma de Querétaro. Miembro del Grupo de Estudios Sobre Eurasia
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