Por: Eduardo Tzili-Apango

Para citar este artículo: Eduardo Tzili-Apango, "Las repercusiones globales de la crisis en Ucrania y el factor China", Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 23 de febrero de 2022, https://euroasiaticos.blogspot.com/2022/02/las-repercusiones-globales-de-la-crisis.html. 

Encuentro entre Vladimir Putin y Xi Jinpin en la inauguración de los juegos olímpicos de invierno[i]

El reconocimiento de la soberanía de las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhanks por parte de Moscú y el posterior ingreso de tropas rusas a dichos territorios, el 21 de febrero de 2022, fueron pasos contundentes más en el proceso de la conformación de las geopolíticas de contención en todo el mundo.

La delimitación rusa de una zona de influencia que mantenga a raya la presencia militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha pasado de ser un fenómeno regional a uno de alcance global, pues como mencioné en un artículo anterior,[ii] parecía que China apoya las decisiones geopolíticas de Moscú en razón de servir a los intereses geoestratégicos de Beijing –contener a Estados Unidos del espacio de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Esta tesis se comprobó con la Declaración conjunta firmada por China y Rusia, con motivo de la visita de Vladimir Putin a la inauguración de los XXIV Juegos olímpicos de invierno, y que en su tercer párrafo establece no solo el rechazo a la intromisión extranjera en asuntos internos, sino “rechaza la intrusión por fuerzas extranjeras para minar la estabilidad y la seguridad” en sus regiones adyacentes.[iii]

Con la fijación de un nuevo espacio de contención de clara influencia rusa en el Donbás, China ha aprovechado la oportunidad para dialogar con Estados Unidos sobre otros espacios que requieren acordar reglas de juego geopolítico. En la llamada telefónica que sostuvieron Antony Blinken (secretario de Estado estadounidense) y Wang Yi (ministro chino de relaciones exteriores) sobre Ucrania, el segundo subrayó la continuidad de su postura en torno a las tensiones: la necesidad de reconocer las preocupaciones legítimas sobre seguridad de cualquier país y la consecución de los principios en la Carta de Naciones Unidas –la que, por cierto, respalda la autodeterminación de los pueblos, lo que escudaría relativamente, y ante derecho internacional, el reconocimiento ruso de las repúblicas.[iv]

En este sentido, Wang advirtió que el problema del reconocimiento de la seguridad también aplica a las tensiones entre Corea del Norte y Estados Unidos, por lo que, para realizar progresos en procurar la paz y estabilidad en la península, “se debería respetar la legitima necesidad de seguridad”.[v]

A pesar de que los medios oficiales chinos de comunicación solo publicaron los temas ya mencionados de la conversación telefónica, algunos medios occidentales de comunicación han difundido que en esta misma llamada telefónica Wang advirtió a su par estadounidense de “no incluir a Taiwán en la estrategia del Indo-Pacífico”.[vi] De hecho, en la habitual conferencia de prensa del director de la oficina de información del ministerio de relaciones exteriores, Wang Wenbin, un reportero preguntó sobre el supuesto paralelismo entre las situaciones en Ucrania y Taiwán, a lo que este se limitó a responder el discurso oficial del gobierno sobre la isla: que el principio de “una sola China” es un principio reconocido por todo el mundo, y que Taiwán es parte inalienable de China.[vii] Al parecer para Beijing la autodeterminación de los pueblos no es aplicable en este asunto.

En todo caso, la guerra mediática, psicológica y desinformadora que puede ser la antesala de cualquier conflicto a gran escala parece ser la lógica detrás del conflicto ucraniano, lo que a su vez podría explicar la proliferación de información que no permiten dilucidar, claramente, la esencia del asunto. En esta línea, una de las hipótesis que algunos medios rusos de comunicación manejan sobre las intenciones detrás de lo que pasa en Ucrania es, precisamente, el interés estadounidense de desestabilizar a Rusia para hacer frente a China.[viii] A esto se suman otras hipótesis igualmente plausibles y que solo el tiempo dirá si se cumplen, como el uso del “teatro ucraniano” para delimitar zonas de influencia, o para controlar las repercusiones de una “guerra energética” –que involucra el asunto del gas y que, probablemente, es una tesis que se ha ido cumpliendo en la medida en que las actuales sanciones económicas a Rusia implican detener proyectos energéticos, como el “congelamiento” alemán del Nord Stream 2.[ix]

En suma, las repercusiones globales de la crisis en Ucrania es un incremento de las tensiones geopolíticas a raíz de la necesidad de las potencias en definir sus zonas de influencia en aras de la seguridad. El factor China en este asunto implica un peso nodal en el equilibrio mundial de poder al respaldar las decisiones estratégicas de Moscú. En este sentido, la determinación de geopolíticas de contención va acompañada de la conformación de bloques de poder, en el que, por un lado, estaría Estados Unidos, Reino Unido y algunos países europeos integrantes de la OTAN y, por otro lado, estarían China y Rusia. Cabe recordar que no todos los supuestos aliados estadounidenses están conformes con la presión que Washington ejerce para la conformación de dichos bloques.

* Profesor-investigador de tiempo completo en el Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco, integrante del Grupo de Estudios Sobre Eurasia (GESE) y estudioso de las relaciones internacionales de China.

Referencias