Para citar este artículo: Imelda Ibañez Guzmán, "El impacto de la crisis en Ucrania en el esquema político-mundial", Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 14 de septiembre de 2022, https://euroasiaticos.blogspot.com/2022/09/el-impacto-de-la-crisis-en-ucrania-en.html. 

 

Se han cumplido seis meses desde el anuncio por parte de los líderes de la Federación Rusa de una operación militar especial en territorio ucraniano, éste y las acciones de respuesta de los líderes occidentales han formado una realidad geopolítica y geoeconómica fundamentalmente nueva, no solo para las partes en conflicto, sino en todo el mundo. Para el gobierno ruso, este cambio significa un punto de no retorno al lugar que buscó en el esquema de seguridad regional euroatlántico y que se estructuró no solo sin ellos, sino contra ellos. En cuanto a los gobiernos que conforman el bloque noratlántico, como señala Vladimir Davydov:[i] temiendo que su liderazgo en la economía y política mundiales pase a los centros de influencia alternativos, el “Occidente colectivo” ha optado por una fuerte confrontación aplicando política de contención y retroceso a Rusia, con China como el siguiente objetivo en la mente. El conflicto político-militar del año 2022, producto de la crisis geopolítica del último decenio, presagia un cambio de todo el orden internacional.

¿Cuáles son los resultados de este primer semestre de la nueva realidad?

El primero de ellos está relacionado con una pronunciada polarización de las fuerzas en la política mundial. En primer lugar, por supuesto, entre Rusia y Occidente. Los Estados de Occidente han impuesto sanciones extremadamente duras contra Rusia, país que ha extendido su lista oficial de Estados hostiles además de contra sanciones en respuesta. Además, los Estados noratlánticos apoyaron abiertamente la estrategia, que estipula que Ucrania debe ganar en el campo de batalla. La notoria "línea roja" entre el apoyo indirecto y la participación directa se vuelve más borrosa con cada nueva etapa de la lucha.

Rusia vs. Occidente[ii] 

Ahora el enfrentamiento se nota como el clásico duelo de artillería a nivel táctico. Este método ha demostrado su eficacia en gran medida en las guerras del siglo pasado. La diferencia con el siglo XX, de hecho, es solo que ahora este duelo de artillería se complementa con elementos de la alta tecnología del siglo XXI. Este es el uso activo de la designación de objetivos en tiempo real desde satélites y vehículos aéreos no tripulados (al menos una de las partes). Esa limitación deliberada del conflicto en esta etapa concentrándose únicamente en el combate artillero táctico sin atacar verdaderos centros de toma de decisiones político-militares (aunque las fuerzas y los medios lo permitan) es también su indudable especificidad. Lo anterior se distingue de otros conflictos militares llevados a cabo por las principales potencias en el pasado reciente. Uno puede recordar la operación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (otan) contra Serbia en 1999, la operación de Estados Unidos y sus aliados contra Irak en 2003, y varias otras. Allí, ni siquiera se planteó la cuestión de la moderación en los ataques contra los centros político-militares. Cuál de estos enfoques es más efectivo desde un punto de vista militar y político, ya los próximos seis meses de la nueva realidad lo mostrará.

En segundo lugar, la “nueva falla geopolítica” no solo pasó entre Rusia y Occidente. Ha afectado a muchos Estados y regiones. La posición expresada por parte de los líderes occidentales en los primeros meses del conflicto se convirtió en el principio: quien no está con nosotros está en contra de nosotros, se manifestó en una presión abierta sobre casi todos los principales Estados no occidentales para que apoyaran las sanciones contra Rusia. Pero, la mayoría de ellos se negaron a hacerlo, tratando de adoptar una posición de equidistancia en este conflicto (al menos externamente) o, de no estar directamente involucrados en él. Las discusiones sobre la incorporación de otros Estados al grupo brics y a la Organización para la Cooperación de Shanghái (ocs), ocurrida después del 24 de febrero, también es una importante a destacar.

En este sentido, la ruptura y salida de Rusia del esquema de coordenadas internacionales centrado en Occidente sugiere que Rusia está dirigiendo su llamado a un nuevo orden mundial, que represente a la mayoría de la población mundial. Esto significaría para Rusia un giro hacia los Estados de Asia, África y América Latina. Es a través de la creación de esquemas de cooperación bilateral y multilateral que se planea formar, probar y lanzar: el multipolar, mismo que se ha planteado desde la base doctrinal de su Política Exterior una vez que Yevgeny Primakov asumió el liderazgo del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia en 1997.

Otro aspecto de este último semestre se relaciona con la evaluación de la importancia de Rusia para la economía mundial. Antes que iniciara el conflicto, era posible encontrar puntos de vista polarizados sobre este tema. El resultado de la nueva realidad es un claro temor sobre la próxima crisis energética, sobre la inflación y el aumento de los precios. A juicio personal, este conflicto muestra, que las sanciones pueden ser un arma de doble filo. Que pueden causar daños no solo al Estado destino, sino también al Estados o Estados que las imponen. La única duda es la aceptabilidad del balance de estos daños para la opinión pública de los que iniciaron las sanciones.

El ejemplo que más impacto ha provocado es precisamente la crisis energética en Europa. Como escenario plausible, se puede esperar que un gran aumento en los precios de la energía en Europa cause una grave interrupción en la industria europea y obligue a los gobiernos a reducir la presión sobre Rusia por el conflicto en Ucrania. Es difícil discutir el hecho de que tal escenario sería el mejor. En definitiva, la rápida degradación de los mecanismos de interacción económica entre Rusia y los Estados que conforman la otan han llevado a la formación de una serie de choques sin precedentes para los mercados globales y la cooperación económica internacional en general. La escala de los shocks correspondientes y la posibilidad de contrarrestarlos aún no se han evaluado, pero su impacto fundamental en la economía mundial está fuera de toda duda.

Estas, son algunas conclusiones preliminares sobre los principales factores de impacto que se pueden distinguir después de la primera mitad de este 2022. La dinámica de los procesos geopolíticos y económicos mundiales ha adquirido un vector y una velocidad diferentes. A dónde conducirá esto, el futuro lo mostrará.

* Candidata al grado de Doctor en Ciencias Políticas por el Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, redactora invitada en la revista "Ruskaiya Politologiya" de la Universidad Estatal de Moscú, y profesora en el Centro de Relaciones Internacionales de la fcpys de la unam.

Referencias

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