Kazajstán y la herida de casi 500 bombas nucleares

noviembre 09, 2022

Por: Guillermo Ayala Alanis*

Para citar este artículo: Guillermo Ayala Alanis, “Kazajstán y la herida de casi 500 bombas nucleares”, Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 9 de noviembre de 20222, https://euroasiaticos.blogspot.com/2022/11/kazajstan-y-la-herida-de-casi-500.html. 

 


Ser la sede del laboratorio de pruebas nucleares más grande del mundo, donde en 40 años se detonaron 468 explosiones de este tipo, dejó en Kazajstán y su población una profunda cicatriz que les ha servido para colocarse como una nación referente contra el desarme nuclear, tema que ha vuelto a estar en primer plano de la agenda internacional con el conflicto entre Rusia y Ucrania y la posibilidad del uso de armas atómicas.


Al noreste de la nación kazaja, cerca de la ciudad de Semey, se ubicó el llamado “Polígono de Semipalatinsk”, posiblemente el lugar más aterrador de la tierra. En ese territorio, al que tuve la oportunidad de asistir en 2019, se detonaron por aire, tierra o subsuelo las 468 explosiones nucleares, en un periodo que abarca los años de 1949 a 1989.


El lugar era idóneo para la experimentación debido a que las extensas llanuras de la zona permitían la visibilidad sin tener barreras naturales como montañas. En la actualidad, el paisaje de la zona parece normal, pero no lo es, pues aún hay niveles altos de radioactividad en algunas partes, por lo que hay que vestirse con algunos trajes. Las llanuras vuelven a tener vegetación y ésta atrae algunos animales como pequeños mamíferos y aves, algunos cráteres que surgieron ante las detonaciones subterráneas formaron lagos que también tienen peces.


El pasado aún está presente también; en mi recorrido tuve la oportunidad de ver unas torres de hormigón que, según la gente del gobierno de Kazajstán, sirvieron a los científicos soviéticos como punto de observación de las detonaciones.   

 

Torre de hormigón en el Polígono de Semipalatinsk, Kazajstán

   Fuente: Guillermo Ayala Alanis.

 

Actualmente, el Polígono de Semipalatinsk es resguardado por el gobierno de Kazajstán, donde ahora se encuentra la sede del Centro Nacional Nuclear y del Instituto de Energía Atómica, dependencias que vigilan y trabajan en favor del desarrollo de energía nuclear sin fines bélicos, de la limpieza de radiación en la zona de pruebas del polígono, así como del cuidado del área.


En el Instituto de Energía Atómica también hay una sala que enfatiza la huella de ese pasado lacerante, aquí se puede observar los trajes y maquinarias que medían el potencial de las detonaciones, en maquetas, uno puede darse una idea de lo que sucedía con una explosión en el subsuelo o en la superficie. Además, muestra afectaciones que tuvieron algunos animales debido a la radioactividad.

 

Salón de Exposiciones del Centro Nacional Nuclear de Kazajstán

     Fuente: Guillermo Ayala Alanis.

 

Salón de Exposiciones del Centro Nacional Nuclear de Kazajstán

Fuente: Guillermo Ayala Alanis.

 

Pero, no solo los animales sufrieron las consecuencias. También seres humanos que habitaron en aldeas cercanas al Polígono de Semipalatinsk fueron afectados con eventos como malformaciones físicas, abortos, diferentes tipos de cáncer o la transmisión de una herencia genética deficiente a varias generaciones. En un discurso pronunciado por un funcionario de la embajada de Kazajstán en México, durante la XXVII Sesión de la Conferencia General del OPANAL[i] celebrada en la ciudad de México en el año 2021, se resaltó que “como consecuencia de esas pruebas, en tierra kazaja fueron afectados un millón y medio de personas y se contaminó un enorme territorio que supera el tamaño de diversos países del mundo”.[ii]


Esto resulta ser una herida profunda que ha lastimado por décadas a esta nación ubicada en Asia Central; una herida que aún duele, pero que inspira a los kazajos a decirle al mundo que son “más fuertes que la muerte”, como los plasmaron en un monumento en memoria de las víctimas de los ensayos nucleares y en su determinación por tomar un papel protagónico en la lucha contra el desarme nuclear.

 

Monumento “Somos más fuertes que la muerte”, Semey, Kazajstán

Fuente: Guillermo Ayala Alanis.

 

El papel de Kazajstán en el desarme nuclear ha sido sustancioso. En el ya citado discurso del OPANAL, los funcionarios la embajada de Kazajstán en México resaltaron que el país centroasiático, desde su independencia en 1991, “renunció voluntariamente a la posesión de armas nucleares y desarmó por completo el cuarto potencial nuclear más poderoso del mundo, que era superior al arsenal de Francia, Gran Bretaña y China juntos”.[iii]


En temas de la no proliferación de armas nucleares, Kazajstán tomó la batuta en la región Centroasiática y, en 2006, en Semipalatinsk se formalizó el Tratado para crear una zona libre de armas nucleares con sus vecinos Kirguistán. Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. Cabe resaltar que el pionero de este tipo de ideas sobre la creación de las zonas libres de armas nucleares fue México con la firma del Tratado de Tlatelolco que garantiza que América Latina y el Caribe sea una zona libre de uso, almacenamiento, pruebas o fabricación de armamento atómico con la firma del Tratado de Tlatelolco en 1967.


Desde su independencia como país, Kazajstán se dio cuenta que la verdadera seguridad de un Estado proviene de una relación de buena vecindad, constructiva y de progreso común, ya que el conservar las armas nucleares hubiera significado entablar relaciones bajo la amenaza de la agresión o la destrucción.

 

* Maestrante en Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco.

 

Fuentes


[i] Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe.

[ii] OPANAL, “Discurso de la República de Kazajstán en la XXVII Sesión de la Conferencia General del OPANAL (Ciudad de México, 30 de septiembre de 2021)”, https://www.opanal.org/wp-content/uploads/2021/10/Kazajstan.pdf.

[iii] Ibíd.

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