Ni competencia ni contención: la coevolución de la relación política entre China y Estados Unidos

enero 18, 2023

Por: Agustín Silva García*

Para citar este artículo: Agustín Silva García, "Ni competencia ni contención: la coevolución de la relación política entre China y Estados Unidos", Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 18 de enero de 2023, https://euroasiaticos.blogspot.com/2023/01/ni-competencia-ni-contencion-la.html. 


Introducción

A comienzos del 2022, la administración de Biden publicó el documento “Estrategia de Seguridad Nacional”, donde declaró a la República Popular China (RPC) como la amenaza más grave para la seguridad nacional de Estados Unidos (EEUU). Allí menciona en múltiples ocasiones que los EEUU deben fortalecer y esbozar una coalición de base ideológica en el Indo-Pacífico para contrarrestar el auge chino. Además, se compromete a tener una participación en la política regional, brindando apoyo a los otros Estados para mejorar su capacidad de toma de decisiones soberanas frente a los intereses chinos.[i] Esto convertiría en realidad el miedo de la RPC al cerco geopolítico, además de representar la continuación de la era de Trump o, en resumen, el desacoplamiento de los intereses chino-estadounidenses.

Por un lado, Washington está convencido de que cuanta más interacción tenga con China, más capacidad de maniobra obtendrá para cambiar el orden internacional. En contraste, la RPC ha tomado una postura triunfante respecto a su ascenso internacional, y con precaución, pronostica que este será su siglo.[ii] De esta manera, parece que se augura el camino de la división o el enfrentamiento. Sin embargo, ¿existe un esquema de formulación de políticas más adecuado que proteja los intereses de ambos Estados? El marco apropiado para asegurar los intereses a largo plazo de la política exterior estadounidense-china será la “coevolución”, definida como la persecución del interés nacional e internacional por parte de ambos países al tiempo de colaborar, tanto como sea posible, y adaptando sus relaciones para minimizar la posibilidad de conflicto.[iii]

Este trabajo busca rebatir las ideas convencionales sobre el resultado de la relación chino-estadounidense: colisión militar o política de contención. En este sentido, el primer argumento busca explicar por qué una guerra caliente como consecuencia de la transición de poder no es un resultado buscado por ninguna de las partes; se explorarán los descubrimientos de Graham Allison sobre la transición de la hegemonía histórica de un poder revisionista frente al statu quo,[iv] en donde se diferencian las características entre el pasado y el presente. Básicamente, si la guerra es una política por otros medios, debido a la capacidad de destrucción, el choque directo elimina el beneficio.

Luego, el documento aclara por qué una nueva cortina de hierro para rodear a China tampoco es realista. Debido al orden mundial multicéntrico, la interdependencia de los Estados ha establecido una distinción borrosa entre los aliados de cada país. Además, debido al pragmatismo que ha caracterizado a los políticos de Asia-Pacífico, una división en dos bloques significa que EEUU o la RPC deberán implementar significativas medidas de coerción, lo cual afectaría sus relaciones con el resto de los Estados. Finalmente, durante la conclusión, se explorará el esquema de coevolución como el óptimo para mantener relaciones cercanas.

 

Competencia militar, ¿un camino sin salida?

En primer lugar, debido a la Destrucción Mutua Asegurada (MAD por sus siglas en inglés), Estados Unidos y China deberán evitar los antecedentes históricos cometidos por las hegemonías anteriores y las potencias emergentes. En primer lugar, la academia ha comparado el estatus actual de Estados Unidos y China con la relación entre el Reino Unido y Alemania a principios del siglo XX.[v] Al recuperar conceptos como la trampa de Tucídides durante este período de transición de poder, previendo un choque militar entre el poder hegemónico y naval (EEUU) versus el poder emergente y continental (China). Asimismo, se recupera el estudio de Eyre Crowe sobre el dilema de la seguridad a principios del siglo XX, quien expone que las crecientes aspiraciones y capacidades de Alemania para convertirse en la hegemonía, principalmente sus intenciones de reemplazar la capacidad naval de Londres obligaron al “Reino Unido a asumir lo peor y, por lo tanto, actuar sobre esas suposiciones”.[vi] En consecuencia, ambos Estados implementaron políticas para reforzar su propia seguridad, lo que llevó a agravar la desconfianza entre ellos. En consecuencia, se anuló la diplomacia y la postura política se resumió en quién se iba a rendirse primero ante una crisis, y cuando eso no ocurriera, la guerra iniciaría.

Por un lado, Kissinger recupera el análisis de Crowe y ejemplifica: “si el ascenso de China es incompatible con la posición de EEUU en el Pacífico. Entonces, cualquier forma de colaboración terminaría dando margen a China para aumentar su capacidad frente a una crisis”.[vii] En consecuencia, siguiendo una estrategia de contención, EEUU debería organizar a los vecinos de China como contrapeso a su ascenso. Por otro lado, en Beijing también ha habido expositores de esta posición, por ejemplo, Liu Mingfu, oficial del Ejército Popular de Liberación (EPL), declaró “si China en el siglo XXI no puede convertirse en el número uno del mundo, no puede convertirse en la máxima potencia, entonces inevitablemente se convertirá en un rezagado que es dejado de lado”.[viii] Al seguir esta lógica, entonces China debe apartar a EEUU de sus fronteras, limitar el alcance del poder naval y contrarrestar su peso en los organismos internacionales. Esta dinámica describe un juego de suma cero, donde los resultados son antítesis: el ganador asegura el estatus y el perdedor queda atrás. En consecuencia, la malinterpretación de las estrategias de disuasión concluiría en un choque militar. Además, la idea de conflicto se ve reforzada por el análisis de Graham Allison,[ix] quien investigó el resultado de 16 casos en los que un poder emergente amenazó con desplazar a la hegemonía. Ante esto, ¿es inevitable la guerra en todo período de transición?

                               Resultados del análisis de Graham Allison[x] 


Particularmente, los descubrimientos de Graham Allison en torno al conflicto de la Guerra Fría arrojan luz sobre por qué la actual transición de poder no resultará en un enfrentamiento militar. Desde la primera prueba nuclear exitosa de la Unión Soviética (URSS), los legisladores de Washington concluyeron que “hasta ahora, el propósito principal de nuestro estamento militar ha sido ganar guerras. De ahora en adelante, su objetivo principal debe ser evitarlos. Casi no puede tener otro propósito útil”.[xi] La idea detrás es disuadir la guerra caliente para evitar el suicidio nacional. Las armas nucleares no tienen precedentes en la historia de la humanidad, y esos son los grandes diferenciadores del presente y del pasado, sobre todo porque tanto China como EEUU cuentan con este tipo de armas. Por ejemplo, según la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS por sus siglas en inglés) Washington es el mayor poseedor de armas nucleares con 5, 428, mientras que China tiene 350,[xii] suficientes para causar destrucción a nivel inimaginable, ya que ambos Estados carecen de tecnología para neutralizar un ataque completo. Además, el miedo no se basa únicamente en las capacidades de aniquilamiento, también incluye la certeza y la inmediatez de esta.

Finalmente, los líderes contemporáneos son conscientes de la destrucción que desencadena un ataque mutuo. Si se establece que la guerra busca resultados políticos, ningún objetivo vale ese nivel de sacrificio. En este contexto, debería haber esfuerzos para reducir la capacidad de las armas nucleares, sin embargo, de acuerdo con el escenario descrito anteriormente, es casi improbable que ocurra una guerra caliente.

 

Multicentrismo, ¿demasiado unidos para dividirse?

Dado el contexto de un orden mundial multicéntrico, ya no es posible un nuevo telón de acero sobre Asia-Pacífico. Antes de comenzar, es necesario caracterizar la distinción de un orden internacional multicéntrico. Según el profesor Ezequiel Bistoletti, la distinción está relacionada con el grado de dependencia entre las economías de los agentes.[xiii] Por ejemplo, durante la era de la Guerra Fría, los dos bloques se ubicaban en las antípodas. Pero, el colapso de la URSS no representó una amenaza para el bloque capitalista y sus redes económicas. Mientras que, actualmente, la integración ha llegado a un punto en el que una división perjudicaría económica y políticamente a los EEUU y sus aliados. Esto se refleja en la distinción borrosa entre los intereses de los Estados. Además, debido a la interdependencia hacia ambas potencias, elegir bandos es más complejo que antes. En este sentido, dada la influencia económica de China en Asia-Pacífico, es poco probable que Estados Unidos pueda consolidar un bloque ideológico de democracias liberales al estilo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Asimismo, la exclusión de Washington de la región en los aspectos económicos y de seguridad tampoco es realista, pues los demás Estados temen por un área gobernada por una sola potencia y las desventajas pragmática que eso conllevaría.[xiv]

En particular, los Estados pueden depender económicamente de China, mientras que su seguridad está relacionada con los EEUU. uno de los casos más claros es el de Corea del Sur. En concreto, cuando aceptaron el despliegue de los sistemas de misiles THAAD,[xv] los cuales fueron suministrados por EEUU, el gobierno chino cerró 87 tiendas de la cadena Lotte, congeló el turismo y detuvo los intercambios comerciales de K-pop,[xvi] lo cual generó pérdidas por 6.8 mil millones de dólares en un año a la economía surcoreana.[xvii] Del mismo modo, se debe contemplar la dependencia de Seúl por la importación de materiales terminados desde China en cuatro industrias clave para el futuro: Semiconductores, baterías de gran capacidad, metales de tierras raras y suministros médicos; con una tasa de dependencia del 90% para las baterías.[xviii] Esto pone al país en una posición vulnerable cada vez que China amenaza con disputas comerciales. Además, una de las características clave del desarrollo económico asiático desde mediados del siglo XX ha sido su interconexión en redes regionales de producción y división del trabajo, resumida en el modelo de los Gansos Voladores.[xix] Sacrificar este modelo de desarrollo económico, que ha demostrado su funcionalidad durante décadas, especialmente cuando China se está convirtiendo en el ganso líder en la cuarta revolución industrial al consolidar su dominio sobre la tecnología 5G y, a cambio, adoptar valores liberales no es el método de formulación de políticas para las economías de Asia Pacífico.

                             Descripción del Modelo de los Gansos Voladores[xx]

Por otro lado, el acuerdo de seguridad Seúl-Washington representa una piedra angular para el país, pues asegura la estancia de 28,500 militares estadounidenses en Corea del Sur, situación que busca disuadir las amenazas nucleares de la República Popular Democrática de Corea. Otro aspecto, es que este acuerdo garantiza a Seúl ejercicios militares combinados, ventas de armamento preferencial, relaciones consultivas con EEUU en cuestiones de seguridad o emergencia.[xxi]  Esto representa protección y certidumbre para el país. Por ende, con una perspectiva de mediano plazo, ambos buscan expandir esta alianza de seguridad al ciberespacio, realizar estudios nucleares combinados, y establecer mecanismos financieros.[xxii] Incluso después del embargo chino, la República de Corea ha actuado activamente para mejorar su estatus de seguridad con los EEUU. Durante 2022 se realizaron ejercicios marítimos trilaterales y se abrió espacio para reunirse Corea del Sur, EEUU y Japón al margen de la cumbre de la OTAN ese mismo año.[xxiii]

Básicamente, esta es la posición general de la región, debido a la cual los políticos tratan de maximizar los beneficios, priorizan el pragmatismo y dejan de lado los compromisos ideológicos. En consecuencia, desde esta postura, por el bienestar general, reconocen que deben mantener una posición neutral con ambos poderes, sin comprometerse plenamente con una u otra estrategia, aunado a que el desarrollo se sustenta en objetivos compartidos, por lo que, para promover esos objetivos, deben participar en decisiones regionales conjuntas, en lugar de aislarse en un bloque "chino" o "estadounidense". Por lo tanto, ambas potencias tendrán que poner en marcha una estrategia de coerción importante para que los Estados tomen partido, lo que también dañaría su relación con ellos o acabaría atrayendo al juego a las potencias medias.

 

Consideraciones finales

En síntesis, este artículo buscó argumentar en contra de las posiciones que sustentan, ya sea el conflicto caliente o el regreso a un esquema de Guerra Fría. Primero, a pesar del hecho de que conceptos como la trampa de Tucídides han regresado, y en comparación histórica, la guerra parece inevitable. El propio autor, Graham Allison y Kissinger reconocen la excepcionalidad de la época contemporánea con las armas de destrucción masiva. Ambos concluyen que existe un consenso entre diplomáticos y políticos de ambos partidos en no optar por este camino por el riesgo de extinción que representa.

Luego, en el segundo argumento, a través de la República de Corea del Sur, se ejemplifica la situación del orden multicéntrico que hoy domina, dando como resultado un modelo económico de desarrollo que permitió el auge económico de los países de Asia-Pacífico en los últimos 50 años. Prácticamente, los mismos Estados buscan maximizar sus beneficios con ambas grandes potencias, sin alinearse del todo con el discurso de ninguna de las dos. En consecuencia, debido a las estrechas relaciones que se desarrollaron en la región, se necesitará un poder coercitivo significativo para dividir la región en bloques, lo cual podría causar más daño que beneficios.

Ante este escenario, se retoma el concepto de coevolución mencionado en la introducción. Para esto, uno debe entender la relación especial y el estatus que comparten tanto Estados Unidos como China. Ambos son representantes de sus respectivos continentes por la extensión de sus territorios y su población. Su balanza comercial es de 659 mil millones de dólares estadounidenses (mmdd), el gobierno chino posee 972 mmdd en deuda estadounidense y viceversa, Estados Unidos posee 100 mmdd en deuda china.[xxiv] Ambos son propietarios conjuntos de las empresas más valiosas del mundo y son responsables de la mayor contaminación del medio ambiente. En este sentido, en un mundo globalizado, este siglo exigirá una mayor integración de las dos grandes potencias para asegurar la competitividad y el bienestar internacional.

Finalmente, con este concepto, como menciona Kissinger, “se iniciará una nueva concepción política a nivel regional”.[xxv] Cuando ambos países se ven a sí mismos como entidades separadas en dos regiones políticas diferentes, entonces surgen escenarios de conflicto. Sin embargo, al iniciar una comunidad del Pacífico, esto significa establecer relaciones constructivas entre ellos y otras potencias regionales. La tendencia al futuro será pasar del Atlántico al Pacífico, por lo que sería positivo que estos países se vieran como parte de una misma comunidad política, tal como ocurre actualmente con la comunidad atlántica –EEUU y la Unión Europea. Donde se prioriza el diálogo gracias a los objetivos comunes compartidos por sus miembros. Ese es el paso que deben dar China y EEUU para asegurar su futuro desarrollo y la estabilidad del mundo.

 

* Estudiante de tercer semestre de la licenciatura en Contaduría Pública y Finanzas del Tec de Monterrey, Campus Ciudad de México.

 

Referencias

[ii] Center for  Strategic & International Studies, China’s 20th Party Congress Report: Doubling Down in the Face of, 2022, https://www.csis.org/analysis/chinas-20th-party-congress-report-doubling-down-face-external-threats.

[iii] Henry Kissinger, China (Debate, 2022).

[iv] Graham T. Allison, Destined for War: America, China, and Thucydides’s Trap (Houghton Mifflin Harcourt, 2017).

[v] Ibid.

[vi] Jeffrey Stephen Dunn, Sir Eyre Crowe and Foreign Office perceptions of Germany, 1918-1925 (Reino Unido: Cambridge Scholars Publishing, 2013).

[vii] Henry Kissinger, óp. cit., pp. 548-565.

[viii] Chris Buckley, “China PLA officer urges challenging U.S. dominance”, Reuters, 28 de febrero de 2010, https://www.reuters.com/article/us-china-usa-military-exclusive-idUSTRE6200P620100301.

[ix] Graham T. Allison, óp. cit.

[x] Alan Alexandroff y Arthur Stein, “The Trap in ‘The Thucydides Trap’: Framing US-China Relations”, Global Policy Journal, 30 de mayo de 2017, https://www.globalpolicyjournal.com/blog/30/05/2017/trap-%E2%80%98-thucydides-trap%E2%80%99-framing-us-china-relations.

[xi] Bernard Brodie, “The Anatomy of Deterrence” World Politics, 11, (enero de 1959): 173-191.

[xii] Federation of American Scientists, Status of World Nuclear Forces, 23 de febrero de 2022, https://fas.org/issues/nuclear-weapons/status-world-nuclear-forces/.

[xiii] Demoliendo mitos de la política, “Atilio Borón 1 - DMP CHARLAS 01 [Vídeo]”, YouTube, 5 de agosto de 2022, https://www.youtube.com/watch?v=g7-rFviz6T8.

[xiv] Henry Kissinger, óp. cit.

[xv] Término en inglés utilizado para definir a las terminales defensivas de gran altitud estadounidenses.

[xvi] Orville Schell, “Life of the Party: How Secure Is the CCP?” Foreign Affairs, 7 de febrero de 2022, https://www.foreignaffairs.com/reviews/review-essay/2021-06-22/life-party?utm_source=pocket_saves.

[xvii] Echo Huang, “China inflicted a world of pain on South Korea in 2017”, Quartz, 20 de julio de 2022, https://qz.com/1149663/china-south-korea-relations-in-2017-thaad-backlash-and-the-effect-on-tourism.

[xviii] Erika Na, “South Korea’s supply chain reliance on China leaves it more exposed than the US, Japan: report”, South China Morning Post, 12 de enero de 2022, https://www.scmp.com/economy/china-economy/article/3163101/south-koreas-supply-chain-reliance-china-leaves-it-more.

[xix] Este modelo busca explicar el proceso de catch-up industrial en Asia Pacífico; su premisa es que existe un ganso líder, cuyo papel es guiar al resto de la parvada durante cada revolución industrial.

[xxi] United States Department of State, U.S. Security Cooperation with Korea, 14 de enero de 2021, https://www.state.gov/u-s-security-cooperation-with-korea/.

[xxii] Ibíd.

[xxiii] Andy Hong, “The Limits of China’s Economic Leverage Over South Korea.”, The Diplomat, 20 de julio de 2022, https://thediplomat.com/2022/07/the-limits-of-chinas-economic-leverage-over-south-korea/.

[xxiv] The Balance, “How Much U.S. Debt Does China Own?” 22 de octubre de 2022, https://www.thebalancemoney.com/how-much-u-s-debt-does-china-own-417016.

[xxv] Ibíd.

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