La Copa Asiática 2023: la continuación del proyecto de diplomacia deportiva catarí.

enero 17, 2024

 Por Ariadna Varela*

Para citar este artículo: Ariadna Varela, “La Copa Asiática 2023: la continuación del proyecto de diplomacia deportiva catarí.”, Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 17 de enero de 2024, [https://euroasiaticos.blogspot.com/2024/01/la-copa-asiatica-2023-la-continuacion.html]

Cuando Qatar organizó su primera Copa Asiática en 1988 el Estado era muy diferente; por un lado, la posibilidad de comenzar a explotar los yacimientos de gas natural del North Field apenas se estaba gestando. El país se encontraba en los inicios del tumultuoso proceso de sucesión del Sheikh Hamad bin Khalifa Al Thani quien depondría a su padre el Sheikh Khalifa bin Hamad Al Thani en un golpe de Estado en 1995.

Copa Asiática, Qatar 2023. Recuperado de: Goal.com

Y, por otro lado, la estrategia de diplomacia deportiva catarí todavía se encontraba en las primeras etapas de planeación; el Khalifa Sports Stadium se había inaugurado tan solo unos años antes en 1976 y las bases institucionales para el desarrollo del deporte catarí estaban tomando forma con la creación del Youth Welfare Supreme Council cuyo objetivo era “era promover competiciones y festivales deportivos en el país”[1].

Ahora bien, para 2011, la segunda ocasión en que Qatar organizaría una edición de esta Copa, la situación sería distinta. Durante estos años, el sheikh Hamad bin Khalifa Al Thani ya había puesto en marcha el gran plan de desarrollo Qatar 2030 cuyo objetivo es “transformar Qatar en un país avanzado para 2030, capaz de sostener su propio desarrollo y proporcionar un alto nivel de vida para todo su pueblo en las generaciones venideras”[2]. En el marco de este plan de desarrollo encontramos acciones enfocadas a alejarse de la dependencia a los hidrocarburos y mejorar su reputación internacional con la utilización de los deportes.

Asimismo, la Copa Asiática 2011, se realizó en el contexto de otro proceso de sucesión mediante el cual el Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani sucedería de manera pacífica a su padre en el año 2013. Este torneo continental se debe situar también en un momento crucial para el país en términos de diplomacia deportiva pues, además de haber organizado en 2004 la Copa del Golfo, tan solo un año antes Qatar había sido elegido sede de la Copa del Mundo de 2022, en un polémico y mediático proceso de selección. Si bien en este punto las revelaciones de corrupción dentro del seno de la FIFA todavía no habían salido a la luz, las críticas a Qatar hacían eco en el mundo deportivo, por lo que, la Copa Asiática se posicionaba como un evento crucial para mostrarle al mundo que Qatar era más que capaz de gestionar un evento de talla internacional de manera eficiente.

Es entonces que llegamos al año 2024 (edición 2023 de la copa), y nos encontramos a un Qatar completamente diferente al de las ediciones anteriores de la Copa Asiática. Para este momento, Qatar ya probó su capacidad organizativa en el Mundial de la FIFA 2022, el cual resultó un éxito tanto por la exhibición deportiva como por la calidez y apertura de la población catarí, así como por la moderna infraestructura.

Igualmente, las críticas más feroces que se enfocaban en que el torneo tendría que jugarse en invierno por las altas temperaturas fueron calladas, pues al final eso no constituyó un obstáculo mayor para la disponibilidad de jugadores. De manera que, cuando China, la sede original de la Copa Asiática 2023, dimitió por su política de cero COVID-19, la búsqueda por una sede alterna no fue larga y aunque Australia, Indonesia y Corea del Sur también presentaron propuestas, al final Qatar salió victorioso y por las altas temperaturas en verano se estableció que se realizara del 12 de enero al 10 de febrero de 2024.

En este sentido, el Qatar de esta edición no busca callar a sus detractores o demostrarles a sus críticos que un pequeño país del Golfo Pérsico puede organizar un torneo de futbol. No, este Qatar ya ha demostrado todo lo que puede darle al mundo del deporte y no solo presenta sus estadios con orgullo, sino que se posiciona como la opción segura en caso de que se necesite una sede de emergencia que garantice calidad.

De esta forma, con la Copa Asiática es posible ver la evolución de la estrategia de diplomacia deportiva catarí. Comenzando en 1988 con esbozos de la calidad de la infraestructura que se construiría a lo largo de los años, pasando a 2011 cuando en conjunto con el lanzamiento del plan de desarrollo 2030, ya vemos materializados algunos preparativos para la Copa del Mundo 2022 cuya sede estaba recién ganada. Para finalmente, llegar al año 2024, en el que Qatar ya estableció su papel como centro deportivo del mundo árabe, habiendo organizado no solo la Copa Mundial de la FIFA exitosamente, sino una gran gama de mega eventos deportivos como el Gran Premio de Qatar, los Juegos Asiáticos y mundiales de distintas disciplinas.

Lo anterior, junto con la creación de toda una red de instalaciones dedicadas al desarrollo del deporte, congregadas en la Aspire Zone que cuenta con un centro de investigación dedicado a la medicina del deporte, una academia deportiva cuyo objetivo es impulsar el desarrollo de deportistas cataríes y el Estadio Internacional Khalifa. Es una muestra de cómo el país ha logrado crearse un nicho de influencia dentro de la comunidad internacional en el ámbito deportivo que incluye; la organización de mega eventos deportivos, inversión en equipos europeos a través del fondo soberano Qatar Sport Investment, implementación de proyectos para el desarrollo, etc.

Finalmente, no se omite mencionar que Qatar no es un país perfecto, ninguno lo es. Todavía existen problemáticas en torno a las condiciones de trabajadores extranjeros y los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+. Si bien es cierto que ha habido avances en la legislación laboral y en los derechos sociales, la realidad es que todavía queda mucho por hacer, sin embargo, es un hecho que los mega eventos deportivos son fenómenos que pueden ser catalizadores para el cambio.

En suma, la Copa Asiática 2023 en Qatar es una que hay que leer como la continuación de una estrategia de diplomacia deportiva bien delineada que viene formándose desde hace ya varias décadas. Igualmente, constituye la búsqueda de Qatar por afianzar su lugar como el centro deportivo por excelencia del mundo árabe, especialmente frente a Arabia Saudita que en los últimos años ha querido arrebatarle ese cargo. Finalmente, Qatar no solo defenderá su título como campeón reinante del continente, sino que fuera de las canchas también se jugará su reputación como la principal sede deportiva de la región en los años venideros.

*Egresada de Relaciones Internacionales por la UNAM. Profesora adjunta de las materias Construcción Histórica de México en el Mundo I y II en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Especialista en diplomacia pública y deportiva de la región de Medio Oriente con énfasis en los países del Golfo Pérsico.



[1] Luis Henrique Rolim Silva, “The Establishment of the Qatar National Olympic Committee: Building the National Sport Identity”, The International Journal of the History of Sport 31, no. 3, (2014): 308.

[2] General Secretariat for Development Planning, “Qatar National Vision 2030”, 2008: 2, Qatar National Vision 2030 - Government Communications Office (gco.gov.qa)

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