Por: Erick Daniel Cruz Ocampo*

Para citar este artículo: Erick Daniel Cruz Ocampo, “Gaza y Rafah: crónicas de un genocidio anunciado”, Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 12 de junio de 2024, [https://euroasiaticos.blogspot.com/2024/06/gaza-y-rafah-cronicas-de-un-genocidio.html?m=1]

Santiago Nasar, de 21 años, fue asesinado afuera de la casa de su madre. Los responsables fueron los hermanos Vicario quienes contaron sus planes a todo el que encontraron antes de cometer el crimen y previo al amanecer todo el pueblo lo sabía menos la víctima.

Así se podría resumir la novela Crónicas de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez con la que, de acuerdo con los expertos, obtuvo el premio Nobel de Literatura en 1982 al mezclar elementos del realismo mágico y el relato policial.

Desde el 14 de mayo de 1948 una narrativa que sustituye el realismo mágico e implementa el realismo se instaló en Palestina: la crónica de un genocidio anunciado a la que no se le debe ningún premio o reconocimiento y que se incrementó a partir del 7 de octubre de 2023.

Basado en prácticas de limpieza étnica y discursos de odio, Israel ha impuesto un asedio a Palestina y últimamente, a Gaza ha cortado el suministro de electricidad y agua; asimismo, ha restringido el acceso de ayuda humanitaria.

De acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas (NN.UU), de octubre de 2023 a abril de 2024 los ataques unilaterales de Israel a Gaza han dado como resultado casi 2 millones de desplazados, más de 75 mil heridos y 32 mil palestinos muertos^[1], esto significa un promedio de 171 muertos al día.

El informe del Banco Mundial y Naciones Unidas publicado el pasado 2 de abril^[2] valora los daños causados a las infraestructuras de Gaza en 18.500 millones de dólares. El 84% de las instalaciones sanitarias están dañadas o destruidas, así como el sistema de agua y saneamiento que funciona sólo al 5% de su producción anterior, un sistema educativo colapsado con el 100% de los niños sin escolaridad y el 92% de las carreteras principales destruidas o dañadas.

Las evidencias del genocidio no solo son las cifras de las personas asesinadas, sino también la desaparición de los lugares donde la vida toma sentido, de los que dan identidad y los que crean comunidad. La desaparición de las vidas, la memoria y el sentido de pertenencia es en efecto un Genocidio anunciado, una muerte hecha crónica.

Como si esto fuera poco, en un acto milimétricamente planeado para recuperar su desgastada legitimidad y credibilidad a nivel internacional, Tel Aviv decidió bombardear la embajada de Irán en Siria.^[3]

Parece que Irán mordió el anzuelo porque, como respuesta al bombardeo de su embajada, el 13 de abril lanzó más de 300 armas; 101 misiles balísticos, 36 misiles de crucero y 185 aviones no tripulados sobre el territorio de Israel.^[4] Las consecuencias: una niña de 7 años gravemente herida por esquirlas de un misil, 31 personas recibieron tratamiento por heridas leves o ataques de pánico y una base militar levemente dañada.

¿Qué significó este ataque aéreo?

Para el gobierno de Israel significa un respiro y más aún para Benjamin Netanyahu que ha ocupado el puesto de primer ministro durante un total de 15 años en tres períodos distintos. En el pasado se presentó como el único que podía mantener seguro a su país, escenario que cambió el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás irrumpió en Israel a través de la frontera.

Por la forma en la que ha alargado el conflicto y la nula capacidad de recuperar a los rehenes israelíes las protestas en contra del gobierno son cada vez más constantes, a principios de abril, miles de manifestantes salieron a las calles pidiendo la renuncia de Netanyahu, cese a los ataques en Gaza^[5], elecciones anticipadas así como nuevos llamados que exigen un acuerdo para la liberación de aproximadamente 130 rehenes israelíes retenidos en Gaza.

Por ello, el ataque iraní es la tormenta perfecta para la unidad nacional, olvidar las protestas y con ello reforzar la legitimación, así como la permanencia de Netanyahu en el poder.

Para Irán, este ataque es un rotundo éxito, aún sin haber alcanzado ningún objetivo estratégico ni haber dañado la infraestructura militar de Tel Aviv, es el primer ataque frontal que realiza Irán desde su territorio en contra de Israel.

Esta vez Teherán dejó a un lado a sus grupos satélites como Ansar Allah en Yemen, Hezbollah en Líbano o el propio Hamás en Gaza para demostrar su fuerza y capacidad de alcanzar cualquier objetivo cercano a sus fronteras como Israel o las bases militares estadounidenses desplegadas en Kuwait, Irak, Arabia Saudita, Bahrein, Omán, Jordania, Siria, Emiratos Árabes Unidos y Turquía.^[6]

Esta victoria le permite seguir ganando adeptos en el mundo musulmán, gracias a su narrativa de rechazo a Occidente e Israel y la causa Palestina es el estandarte de esta estrategia.

En caso de una escalada de violencia entre ambos países los suministros de gas natural licuado a Europa y EE. UU. a través del canal de Suez podrían desviarse ya que los Hutíes de Yemen mantienen desde noviembre un ataque a buques relacionados con Israel que pasan por el estrecho de Bab al Mandab, un canal de 32 kilómetros de ancho que separa el noreste de África de la Península Arábiga, como represalia a la guerra en la Franja de Gaza.

Dirigir estos suministros por el extremo sur de África, provocaría un aumento de los costes de unos 90 dólares por cada 1.000 metros cúbicos de gas. Además, podría inclinar la balanza hegemónica porque desde finales del año pasado las demostraciones del sentimiento antioccidental han creado eco y unido a los gobiernos de África.

Del otro lado de la península, el estrecho de Ormuz, la principal ruta marítima del petróleo procedente de Oriente Medio transporta diariamente una quinta parte del consumo mundial de petróleo y anualmente el 20% del gas natural licuado.^[7] Esta ruta no sólo une el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán, sino que también conecta el Mar Caspio con el Mar Arábigo lo que lo hace inmediatamente la salida de Rusia a aguas cálidas, siempre y cuando Irán se lo permita.

El Fondo Monetario Internacional en diciembre de 2022 anunció que el sistema energético de la Unión Europea se enfrentaba a una crisis nunca antes vista frente a la reducción, en un 80%, del suministro de gas ruso, el aumento de hasta un 15% de los precios de la electricidad y el gas.^[8] Por ello, en palabras del FMI, Europa necesitaba un gran pacto para reducir la demanda, incrementar la oferta y mantener abiertos los mercados energéticos.

Quizá ante esta problemática, Palestina o, mejor dicho, sus recursos, juegan un papel fundamental. Los yacimientos de petróleo en Cisjordania se estiman en 1,500 millones de barriles y están valuados en más de 120 mil millones de dólares.^[9] Además, las reservas de gas frente a las costas de Gaza pueden, durante décadas, cubrir las necesidades palestinas.

Tanto Tel Aviv como Teherán han hecho pública su postura: evitar una escalada o un conflicto en la región. Sin embargo, la demanda de recursos energéticos crea las condiciones perfectas para que no exista un periodo prolongado de paz y el genocidio continue.

Ante el constante ataque del ejército israelí a Gaza, más de 1.3 millones de palestinos se refugiaron en la ciudad vecina, Rafah, catalogada como “el mayor campo de desplazados del mundo” por el jefe del Consejo Noruego para los Refugiados.

A inicios de mayo Israel inició una operación, que en palabras de Benjamin Netanyahu era necesaria para una victoria completa sobre Hamas. Las víctimas de esta incursión fueron en su mayoría mujeres y menores y ningún hospital de Rafah tenía capacidad para atender el número de víctimas; 45 personas muertas y más de 200 heridos.

Dadme un prejuicio y moveré el mundo, dijo el juez que se encargó del caso de Santiago Nasar en la novela de García Márquez. Históricamente la violencia en Medio Oriente se ha perpetrado en nombre de Dios. Sin embargo, la guerra en esta región, como en otras del mundo, tiene más sentido en la competencia por la expansión de rutas comerciales, así como la acumulación por desposesión de los recursos naturales que responde a la oferta y la demanda del sistema económico internacional. 

*Maestro en Seguridad Internacional por el Instituto de Ciencias de la Seguridad de Ankara de la Academia de Policía Nacional de Turquía y licenciado en Relaciones Internacionales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.