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Ecos de Gezi: ¿un nuevo despertar del disenso?

abril 02, 2025

Lucía Cirianni Salazar*

Para citar este artículo: Lucía Cirianni Salazar, “Ecos de Gezi: ¿un nuevo despertar del disenso?”, Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 2 de abril de 2025. [https://euroasiaticos.blogspot.com/2025/04/ecos-de-gezi-un-nuevo-despertar-del.html]

Hace ya doce años que las llamadas “protestas de Gezi” volcaron la atención internacional sobre Turquía y cambiaron la narrativa sobre el gobierno del Partido de Justicia y Desarrollo (AKP) y su entonces Primer Ministro Recep Tayyip Erdoğan: de hablarse principalmente de negociaciones de acceso a la Unión Europea, de democratización y progreso económico, incluso de la posibilidad de un proceso de paz negociada con la guerrilla kurda, el espectáculo de la represión a las protestas populares y el desdén con el que el gobierno turco respondió a los reclamos de las organizaciones internacionales de derechos humanos inició una nueva perspectiva de análisis internacional que centró su atención en la nueva expresión del autoritarismo, la crisis económica, la persecución política y el nacionalismo intolerante de las diferencias étnico-lingüísticas, políticas, religiosas y sexo-genéricas. Mucho ha pasado en estos doce años que justifica esta nueva perspectiva (el fin del proceso de paz, un fallido intento de golpe de Estado que dio lugar a un proceso altamente represivo de refundación nacional, una de las peores crisis inflacionarias de nuestros tiempos, la transformación del sistema parlamentario a uno presidencial, etcétera), si bien cabe preguntarse (como lo han hecho muchos analistas) sobre la sinceridad y profundidad de los supuestos “cambios positivos” que había atravesado Turquía en la primera década del siglo XXI.

Manifestaciones en Turquía. Fuente: France24

El retorno de la protesta allá Gezi (expresado por la reaparición de algunos de sus símbolos, como el famoso manifestante vestido de derviche giróvago con una máscara anti-gas) nos conmina a preguntarnos si estamos viendo más de lo mismo, esto es, el inicio de un breve periodo represivo que sumirá de nuevo a los manifestantes en el silencio, o si es prudente tomar el “resurgimiento” como una señal de resistencia a pesar de todo, resistencia que tal vez llevaría eventualmente a un cambio de régimen. Sobre este punto, toda predicción es una apuesta vacía, más vale simplemente observar el desarrollo de los acontecimientos.

El motivo de (o el chispazo que enciende) las protestas es el arresto de Ekrem Imamoğlu, gobernante de Estambul y principal rival político de Erdoğan. El arresto es la acción más reciente y radical para inhabilitar a Imamoğlu. Poco antes, la Universidad de Estambul le había retirado su título universitario, lo cual le impedía legalmente participar en contiendas electorales. La medida, que está siendo apelada, fue aparentemente insuficiente.

El arresto de rivales políticos no es para nada una estrategia nueva para el gobierno de Erdoğan. Los líderes fundadores del Partido Democrático del Pueblo (HDP) Selahattin Demirtaş y Fiden Yüksekdağ llevan casi una década presos, acusados de difundir propaganda terrorista. Lo que hace diferente el caso de Imamoğlu es la dificultad para “otrificarlo” como se hace con los políticos kurdos o asociados a la causa kurda, a quienes se aísla de la simpatía de millones de votantes mediante su diferenciación de la identidad nacional turca y la acusación de cercanía con la guerrilla. Tampoco ha sido fácil para Erdoğan usar la carta de la identidad islámica y asociar a Imamoğlu, como lo ha hecho con su partido (el Partido Republicano del Pueblo o CHP), con el sector “secularista” y la persecución de la práctica religiosa que se remonta a la fundación de la república de Turquía: Imamoğlu, criado en una familia musulmana conservadora, también es un rival en la medida en la que compite por la representación de una identidad tan musulmana como turca.

Para saber si el gobierno de Erdoğan puede resistir a este nuevo embate, tendremos que observar el desarrollo de las protestas y la actuación de los partidos de oposición. ¿Hasta que grado han aprendido de las estrategias políticas y represivas de Erdoğan? ¿Es realmente posible desafiar a la hegemonía construida alrededor de este gobierno de un solo hombre o sólo la veremos palidecer lentamente hasta el fin de su vida natural, como sucedió en España con Franco? El tiempo dirá. Por lo pronto, la alegría y la dimensión humorística de la protesta (como en el caso del manifestante disfrazado de Pikachu que han viralizado las redes sociales), más que la indignación y la rabia, parece ser un punto de apoyo crucial para la esperanza.

*Doctora en Estudios Islámicos en la Universidad Libre de Berlín. Su trabajo de investigación se ha enfocado en la relación entre religión y modernidad en Turquía, con un enfoque particular en el estudio de las órdenes sufíes de ese país.

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