Para citar este artículo: Mónica Ramos Flores, "Bielorrusia ¿más en juego que la democratización del país?" Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 26 de agosto de 2020, https://euroasiaticos.blogspot.com/2020/08/bielorrusia-mas-en-juego-que-la_42.html.

 

Hasta hace un par de semanas poco se escuchaba en las noticias sobre Bielorrusia, ubicado en Europa Oriental, vecino de Rusia, Polonia y Ucrania; con una población de 9.5 millones de habitantes^[1]. Esto cambió a partir de las elecciones realizadas el 9 de agosto en donde fue reelecto Alexander Lukashenko. Las protestas masivas y los altos niveles de represión y violencia que le siguieron a dichas protestas han puesto al país en las noticias mundiales, en medio de la crisis causada por el covid-19, en la que Bielorrusia se ha destacado por la laxa o nula aplicación de medidas para controlar o disminuir los contagios^[2].

Aleksander Lukashenko ha gobernado Bielorrusia desde 1994, es el “último hombre en pie” de los políticos heredados de la desaparecida Unión Soviética, que han gobernado sus países desde la obtención de la independencia en 1991.  Los dos presidentes más longevos del espacio exsoviético ya se han retirado del poder. El primero, Islam Karimov, gobernó Uzbekistán desde 1991 hasta su muerte en 2016^[3], y Nursultán Nazarbayev, gobernó Kazajstán desde 1991 hasta 2019 cuando anunció su retiro^[4]. Los tres presidentes se caracterizaron por perpetuarse en el poder a través de elecciones con altos índices de popularidad y bajos niveles de transparencia.

Fuente: El Mundo (2020)

Las protestas respecto a la reelección de Lukashenko no son novedad, sino que han ocurrido a la par de la pérdida de prácticas democráticas en el país y el aumento de la represión política. En 2004, Lukashenko realizó un referéndum para suprimir el límite de dos periodos y poder presentarse a las elecciones nuevamente; en las elecciones de 2010, 7 de los 9 candidatos fueron arrestados^[5], y en las elecciones del pasado 9 de agosto los principales candidatos opositores fueron encarcelados^[6].

Las elecciones de 2010 y 2015 también estuvieron acompañadas por denuncias de fraude y por manifestaciones en las calles. Sin embargo, la magnitud de las protestas de este año, que se han extendido por 33 ciudades del país, no solo en la capital, así como la relativa fuerza de la líder de oposición Svetlana Tikhanovskaya hacen de esta una oportunidad real para la salida de Lukashenko ¿cuáles son las implicaciones de la caída del régimen de Lukashenko?

Además del proceso de democratización, la posible salida de Lukashenko del poder implica un cambio en las relaciones con su aliado histórico Rusia y con Occidente- la UE y Estados Unidos.  La posición estratégica de Bielorrusia ocupa un punto central entre Rusia y la UE, y la presencia de la OTAN en la frontera con Rusia^[7]. Por lo tanto, la respuesta de Rusia y de la UE ante la crisis en Bielorrusia se vuelve fundamental para la permanencia o la salida de Lukashenko.

Rusia y el proceso de integración

Fuente: La Vanguardia (2020)

La relación con Rusia se ha ido deteriorando en los últimos años, desde que Bielorrusia no aceptó la anexión de la Península de Crimea a Rusia^[8], además del acercamiento con Occidente. El conflicto en la relación está fundamentado en dos puntos: el lento proceso de integración entre ambos países y la falta de acuerdos sobre los precios del petróleo y del gas rusos, Bielorrusia ha comprado los hidrocarburos rusos a precios preferenciales^[9]. El proceso de integración entre ambos países se inició en 1999 cuando firmaron un acuerdo conocido como Estado de la Unión. No obstante, en 20 años no ha habido avances importantes^[10].

Además de la firma de este tratado, Bielorrusia está vinculado a Rusia a través de múltiples canales: la Comunidad de Estados Independientes, la Unión Económica Euroasiática, los oleoductos para transportar los hidrocarburos rusos, la OTSC (Organización del Tratado de Seguridad Colectiva).

Sin embargo, en los últimos años, Lukashenko ha aumentado su discurso anti-ruso aludiendo a la identidad nacional y a la soberanía e independencia del país, así como a los pocos beneficios que se obtienen de esta unión^[11]. Para Rusia- Putin-, es importante avanzar en el proceso de integración para detener el proceso de acercamiento con la UE- OTAN. También porque la creación de un nuevo Estado le permitiría modificar la constitución en miras del límite de su reelección para 2024^[12]. Sin embargo, las reformas a la Constitución Rusa aprobadas en julio pasado^[13], que le permiten a Vladimir Putin presentarse a las elecciones por dos periodos más, pueden restar prioridad al proceso de integración entre los dos países.

El acercamiento con Occidente

La relación con Occidente se ha caracterizado por las denuncias hacia el gobierno autoritario y las sanciones establecidas por la UE al país.  En 2004 se establecieron las primeras sanciones; en 2011 se estableció un embargo a la venta de armas y de equipamiento que pudiera ser utilizado para la represión de las manifestaciones. Desde 2011, Lukashenko fue sujeto de sanciones debido a la violenta represión de las manifestaciones después de las elecciones de 2010.  Sin embargo, en 2015 la UE levantó ciertas sanciones en el congelamiento de haberes y de visado para Lukashenko y 150 funcionarios del régimen, cuando fueron liberados 6 líderes de la oposición^[14].

Otro punto a favor del acercamiento de Bielorrusia con la UE fue su postura frente a la crisis ucraniana: no respaldó la anexión rusa de la península de Crimea, ni el apoyo del Kremlin a los rebeldes separatistas prorrusos, y tampoco reconoció la independencia de las regiones separatistas de Georgia- Osetia del Sur y Abjasia^[15]. Además, permitió que las negociaciones de paz entre el gobierno ucraniano y los rebeldes se realizaran en su territorio, negociaciones de las que emanaron los Acuerdos de Minsk I y II en 2014-2015.

Por su parte, Estados Unidos levantó las sanciones a la petrolera estatal Belarusneft en 2015 después de que esta renunciara a la colaboración con una empresa iraní.^[16] El último acercamiento se dio en febrero de este año con la visita de Mike Pompeo a Bielorrusia y el ofrecimiento para proveer al país de petróleo en medio de las negociaciones por los precios del petróleo entre Rusia y Bielorrusia^[17].

Conclusiones

La permanencia del régimen de Lukashenko depende la de fuerza que pueda tomar la oposición y el apoyo externo que ambas facciones puedan recibir. Por una parte, sin el apoyo externo es difícil que la oposición pueda llegar al poder y, por otra parte, tanto Rusia como occidente consideran que los riesgos de la caída de Lukashenko superan los beneficios^[18].

Para la UE, el régimen actual es la mejor garantía de la soberanía de Bielorrusia, pues un cambio abrupto de régimen trae la posibilidad de una posible intervención de Rusia. Sin embargo, busca presionar al régimen a través de un nuevo paquete de sanciones aprobado por 9 países^[19].

Para Rusia, el cambio de régimen representa la posibilidad de una mejora de las relaciones con Occidente, por lo que la permanencia de Lukashenko, es la mejor forma de mantener la relación con Occidente moderada. La posibilidad de acciones más drásticas, como una intervención militar, no ha sido del todo clara por parte de Rusia, porque podría tener efectos negativos para el propio gobierno de Putin, y también por las diferencias que ha habido entre ambos gobernantes respecto al proceso de integración.

Finalmente, hasta ahora el movimiento no se ha declarado anti-ruso o pro-europeo, sino anti-Lukashenko. Esto implica que, ante un cambio de régimen, ambas partes podrían tener acercamientos con el nuevo gobierno.

* Estudiante del doctorado en Ciencia Política en la Universidad de Guadalajara. Maestra en Estudios regional Rusia & CEI por Hankuk University of Foreign Studies. Correo: mramosflores88@gmail.com

Referencias

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