Sentido geopolítico: China y la “Franja coup” en el Sahel africano
agosto 09, 2023Por: Eduardo Tzili-Apango*
Para citar este artículo: Eduardo Tzili-Apango, “Sentido geopolítico: China y la “Franja coup” en el Sahel africano”, Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 09 de agosto de 2023, [https://euroasiaticos.blogspot.com/2023/08/sentido-geopolitico-china-y-la-franja.html]
En línea con discusiones previas, en las que, para comprender al mundo contemporáneo, se ha propuesto como hipótesis la formación de las “geopolíticas de contención” alrededor de tres grandes bloques de poder –euroatlántico, euroasiático e indo-pacífico–,[i] ¿cuál es el papel que África desempeña en esta dinámica? El golpe de Estado en Níger ofrece un marco analítico para ampliar el debate sobre la geopolítica de sistema internacional actual.
Relación China-Níger[ii]
El coup
en Níger, llevado a cabo el 26 de julio de 2023, es el evento más reciente de
una cadena de siete golpes que posicionaron a juntas militares en los gobiernos
de países como Burkina Faso, Chad, Guinea y Sudán en los últimos cinco años,
aunado a tres intentos fallidos en países como Guinea-Bissau y Gambia, todo lo
cual se congrega en lo que ha sido denominado como la “Franja coup” del Sahel africano.[iii] De
acuerdo con algunas fuentes, estos golpes aluden a las razones de corrupción,
malas gestiones y pobreza como detonantes, además de que los países comparten
la posesión de minerales estratégicos para la economía y la seguridad
mundiales, como petróleo y uranio.[iv]
La tenencia de minerales y recursos, así como los retos socioeconómicos derivados de los problemas alimentarios en las naciones aludidas, representan las conexiones entre África y Eurasia, pues como se observa en la Tabla 1, países euroasiáticos como Arabia Saudí, China, Emiratos Árabes Unidos, India y Rusia se encuentran entre los principales socios comerciales de la “Franja coup”. Obviamente, a esto hay que sumar a la Unión Europea como el principal socio comercial, completando así el vínculo euroasiático.
Tabla 1. Principales socios comerciales euroasiáticos
de la “Franja coup” del Sahel
africano[v]
La creciente presencia de Estados como
China y Rusia forma parte de la llamada “nueva pugna” por África, evidenciada
por sendos ejercicios diplomáticos, comerciales y militares, como el primer
Foro económico y reunión cumbre África-Rusia de 2019 –cuando se condonó cerca
de 24 mil millones de dólares estadounidenses de deuda por parte de Moscú–,[vi]
el segundo Foro humanitario y económico África-Rusia en 2023, en el que se
ofreció abastecer gratuitamente de granos a países africanos que sufren los
estragos de la guerra en Ucrania,[vii] el
Foro de cooperación China-África, cuya octava reunión tuvo lugar en Senegal a
finales de 2021, además de la importante presencia del grupo Wagner en muchos
países africanos,[viii]
así como el establecimiento de la primera base militar china fuera de sus
fronteras en Yibuti.[ix]
A decir de algunos analistas,[x] el
ataque a gobiernos democráticamente electos, los vítores a la presencia rusa en
algunos países africanos, y la marcada actitud anticolonialista de las juntas
militares, son procesos indicativos de que el enfrentamiento interbloque tiene
un escenario en África. Desde el punto de vista de la estructura mundial, se
podría caracterizar a la “Franja coup”
del Sahel como signo del fortalecimiento del autoritarismo global, comúnmente
asociado con China y Rusia, por lo que las tensiones entre las juntas militares
con países europeos y Estados Unidos se vincula con los reclamos
prodemocráticos de los últimos.
Para
muestra el caso de Níger. La Comunidad de Estados de África Occidental (ECOWAS
por sus siglas en inglés) ha dado un ultimátum a la junta militar golpista para
restaurar al presidente electo, Mohamed Bazoum, y el enviado estadounidense ha
enfocado el motivo de su acercamiento con la junta en la restauración del
“orden constitucional”, la finalización diplomática del coup y la reinstauración del presidente Bazoum.[xi] Ante
el ultimátum de la ECOWAS –con Nigeria a la cabeza–, las otras juntas militares
de países como Burkina Faso, Guinea y Mali han declarado a este ultimátum como
una “declaración de guerra” y han ofrecido su apoyo militar a Níger, mientras
que países Costa de Marfil y Senegal apoyan a Nigeria. Otros países, como Benín
han adoptado una posición un poco más neutral al no apoyar a ninguno de los dos
grupos.[xii]
Se
podría argüir que los dos bloques de países formados en África occidental
(autoritarios – juntas militares versus democráticos
- ECOWAS) son reflejo de las pugnas estructurales a nivel global. La decisión
de Benín de no aportar tropas a cualquier intervención militar de ECOWAS se
puede deber a sus profundos vínculos con China y Níger, como el oleoducto
Benín-Níger de dos mil kilómetros construido por la China National Petroleum
Corporation (CNPC), y que incluso es considerado parte de la Iniciativa de la
Franja y la Ruta.[xiii]
No
obstante, el llamado del gobierno chino a proteger la persona del presidente
nigerino depuesto, la expulsión de las tropas chinas en cascos azules de
Naciones Unidas de Mali, el rechazo al esquema antiterrorista “Sahel G5” por
parte de Burkina Faso y Mali –en el que China invirtió 45 millones de dólares
estadounidenses en 2019–, que dio paso al fortalecimiento de la presencia del
Grupo Wagner, son todo reflejo de los límites de la presencia china en África y
la enajenación relativa del teatro africano en procesos geopolíticos globales.
Así,
el sentido geopolítico de la “Franja coup”
en el Sahel, interpretado a partir del involucramiento de China, es el de shatterbelt o “zona de ruptura”,[xiv]
en el que las potencias protagonistas en la formación de las geopolíticas de
contención y bloques de poder enfrentan límites a su influencia. Esto
representa un riesgo geopolítico importante toda vez que los agentes políticos
africanos buscan aprovechar cualquier apoyo a la consolidación de su presencia,
ofreciendo ventajas e imponiendo límites a las potencias mundiales, lo cual
puede desembocar en escaladas de conflictos y guerras proxy dado el ambiente de tensión mundial dominante. En todo caso,
a los tres grandes bloques de poder indicados al inicio del texto podríamos
añadir un cuarto bloque, el africano, caracterizado por ser una zona de anti
influencia de las potencias mundiales, y cuyas geopolíticas de contención se
desvinculan relativamente de aquellas globales, colocando a los Estados africanos
en el epicentro de la agencia regional, esto en detrimento de otros países con
gran poder.
* Profesor-investigador de tiempo completo en el Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco, integrante del Grupo de Estudios Sobre Eurasia (GESE) y estudioso de las relaciones internacionales de China.
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