La presidencia de India en el G20: avances y desafíos en su posicionamiento global
septiembre 20, 2023Por: Alitzel Verspecht*
Para citar este artículo: Alitzel Verspecht, “La presidencia de India en el G20: avances y desafíos en su posicionamiento global”, Blog del Grupo de Estudios Sobre Eurasia, 20 de septiembre de 2023, [https://euroasiaticos.blogspot.com/2023/09/la-presidencia-de-india-en-el-g20.html]
“¿Será
el mundo quien continue definiendo a India, o será ahora India quien se defina
a sí misma?” Esta pregunta plantea el ministro de Asuntos Exteriores Subrahmanyam
Jaishankar en su libro The India Way: Strategies for an
Uncertain World, la
cual refleja el deseo de este país por consolidarse como una potencia
global. Uno de los eventos más recientes que destaca en esta búsqueda de
influencia y reconocimiento fue la Cumbre del G20 celebrada el pasado fin de
semana del 9 y 10 de septiembre. El legado de la presidencia India en el G20
durante este año radicó no sólo en la relevancia de las negociaciones, sino lo
que representó para la estrategia de política exterior del primer ministro,
Narendra Modi, y los retos por enfrentar.
20 India, @g20org , Twitter/X, 10 de septiembre de 2023.
Entre los principales objetivos estratégicos de la política exterior india se encuentran impulsar la multipolaridad en el sistema internacional, ser reconocida como potencia regional y global, así como posicionarse como voz líder del “Sur Global” en temas clave de la agenda internacional. Para lograrlo, el gobierno de Modi ha invertido significativamente en su diplomacia pública y multilateral, mientras que enfrenta los retos geopolíticos de su región y sus propios desafíos internos.
Asimismo, el potencial de India para convertirse en líder
global ha sido previsto por diversos analistas desde hace más de dos décadas.
Actualmente, es difícil ignorar la magnitud que caracterizan a este país que ya
se ha convertido en el más poblado con 1.4 miles de millones de habitantes,
además de ser la cuarta economía más grande, con un PIB de $3.4 miles de
millones de dólares y un crecimiento anual de 7.8%. Esto sin mencionar su
poderío militar, pues cuenta con el cuarto ejército más grande y es el cuarto
país que más invierte en defensa. A pesar de lo anterior, el Índice de Poder Asiático del Lowy Institute identifica a India como un “poder mediano”,
posicionándolo como el cuarto país más poderoso en la región—después de EUA,
China y Japón.
Posiblemente,
el principal reto que se hizo patente durante la Cumbre fue la rivalidad con
China, la cual—aunque no es novedad y se extiende a diversos ámbitos—ha
adquirido una nueva dimensión ante el interés de ambos por convertirse en el
líder de los países en desarrollo. En ese sentido, no pasó desapercibida la
ausencia de Xi Jinping en Nueva Delhi, quien pocos días antes celebró la
ampliación de los BRICS en Johannesburgo.
Cabe mencionar que Beijing mantiene ventaja en términos económicos y militares, y—en cuanto a la agenda del Sur Global—supera a India en términos de financiamiento para el desarrollo, infraestructura y comercio. Nueva Delhi sin duda está consciente de ello. Sin embargo, una de las principales ventajas de India es el impulso de su papel como puente de encuentro entre “el occidente y el resto”. En otras palabras, la fortaleza de India radica en su constante esfuerzo por mantener el difícil equilibro en sus relaciones internacionales—principalmente entre EUA y Rusia, sus aliados clave—, así como su activismo por representar las demandas y posicionamientos de los países en desarrollo. Ambas aspectos fueron visibles con el reconocimiento a la destreza de la diplomacia india ante dos de los logros principales de la Cumbre: la adopción de una narrativa menos dura hacia Rusia por la invasión a Ucrania y la incorporación de la Unión Africana al grupo.
A
su vez, el G20 puso en evidencia uno de los retos derivados de la política
interna. En 2024 se celebrarán elecciones generales en este país al que el
primer ministro—quien buscará una tercera reelección—se refirió como la “Madre de la democracia” y
“ejemplo de diversidad”. Esta proclamación claramente contrasta con la
creciente violencia comunal y discriminación contra las minorías religiosas —especialmente
la comunidad musulmana.
La controvertida decisión por utilizar el nombre de
"Bharat" en lugar de "India" es un ejemplo simbólico sobre
la interacción entre la agenda nacional y externa de la derecha nacionalista
hindú a la que pertenecen el primer ministro y su partido. Si bien, ambos
nombres son correctos y se encuentran mencionados en el artículo 1 de la Constitución, Bharat hace referencia expresa a la comunidad hindú. Por ello, el
líder de la oposición, Rahul Gandhi, sugirió que podría ser una respuesta a la
formación del bloque opositor bajo el nombre "Indian National
Developmental Inclusive Alliance" (I.N.D.I.A.).
Sin embargo, es posible que esta modificación podría
haber sido una respuesta al rechazo de China al concepto sánscrito elegido por
India para su presidencia del G20: "Vasudhaiva Kutumbakam",
que se traduce como "el mundo es una familia" y que, en realidad, es
uno de los pilares característicos de la política exterior de Narendra Modi. En
ambos casos, se observar el esfuerzo por reforzar un sentido de identidad
nacional que se suma a los esfuerzos de legitimidad interna y externa de la
actual administración.
¿Será
India quien se defina a sí misma? La respuesta es compleja. Por un lado, los
esfuerzos por construir una unidad nacional continúan marcados por la violencia
comunal y el reto que representa la enorme diversidad que caracteriza a este
país. Por otro, la complejidad de la reconfiguración del orden mundial y las
crecientes rivalidades regionales y globales pondrán a prueba las capacidades
de India para consolidar su voz en temas estratégicos. En ese sentido, sucesos
como la presidencia en el G20 son oportunidades para observar las fortalezas y
debilidades, así como los retos y oportunidades que se le presentan.
*Especialista en Relaciones Internacionales por El Colegio de México y la KU Leuven.
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